Los pequeños frutos están ganando terreno en los huertos y los jardines

FERROL

ANGEL MANSO

En plena época de plantación -la campaña va de diciembre a junio- la docena de viveros de árboles y plantas que hay en las comarcas de Ferrol, Eume y Ortegal está inmersa en el período de más actividad del año

26 feb 2016 . Actualizado a las 18:55 h.

Los árboles frutales están en plena época de plantación. Comienza en diciembre y abarca hasta junio, pero la gente muestra preferencia por los meses de febrero, marzo y abril para llevar a cabo una actividad que cada vez tiene más seguidores. Y es que, según explican los responsables de los viveros de la zona, los árboles ornamentales que tanto pulo tuvieron años atrás están dejando paso a los frutales, tanto para las huertas como para las zonas ajardinadas, porque cumplen el triple objetivo de ofrecer sombra, embellecer el entorno y, a mayores, dar fruto.

De ahí que la docena de viveros que hay entre las comarcas de Ferrol, Eume y Ortegal se encuentren ahora mismo en plena actividad.

El sector de la arboricultura también se mueve por las modas, como casi todo, y una muestra evidente es la tendencia actual de los frutales que relegan a los ornamentales. Pero todavía hay más, porque dentro de los árboles cuyo fruto es comestible, las preferencias actuales pasan por las especies arbustivas. Los pequeños frutos, como es el caso de los arándanos, las grosellas y los frambuesos, están ganando terreno a pasos agigantados, tanto para fincas particulares como para los jardines, según explica Carlos Moreira, responsable de Vivero Moreira de Sillobre, en Fene. Esta empresa familiar que fundó su padre en 1975 tiene en la actualidad nueve trabajadores, de los que siete son empleados.

El vivero de Sillobre ocupa una superficie de alrededor de cuatro hectáreas, pero la firma cuenta con otras plantaciones en Ares, Paderne, Cabanas y A Capela, que suman doce hectáreas más.

Helechos y olivos

Entre las especies que se pueden encontrar en estas plantaciones figuran principalmente los injertos de un año o dos, pero también hay camelias de 10 y 15 años de 1.400 variedades, además de plantas de 25 y 30 años, y helechos de tronco de 30 años con una altura de un metro. Sobre estos últimos, Viveros Moreira tiene el mérito de haber logrado recuperar la especie de un helecho arbóreo endémico de las Fragas do Eume en el año 1998. Fue a partir de un ejemplar que había en los jardines de Pontedeume, que fue derribado por un vendaval y que, según la leyenda que circulaba sobre el mismo, su origen databa de la época de la fundación del monasterio de Caaveiro, hacia el año 1100.

El original no pudo recuperarse, pero Moreira logró cultivar seis ejemplares a partir de los brazos existente en la vieja planta, a través de un sistema de reproducción clónica.

Entre los ejemplares con más historia de estos viveros, y sin leyenda, también figuran los olivos. «Hay alguno con 400 años», comenta Carlos Moreira, quien explica que, evidentemente, no se cultivaron aquí, sino que proceden de plantaciones del sur de España. Estos olivos legendarios están a la venta por 1.800 euros y su precio obedece fundamentalmente a los gastos de transporte y la utilización de grúas para moverlos.

Por lo que respecta a este especie arbórea, Carlos Moreira manifiesta que en esta zona no se pueden considerar como frutales, porque si bien producen olivas, estas no llegan a madurar.

No obstante, como ocurría antaño, casi resulta obligado que en cada finca haya un olivo, por su vinculación con las celebraciones de la Semana Santa, concretamente con el Domingo de Ramos.

Camelias

En Viveros Moreira hay más de 1.400 variedades de camelias, un árbol que sigue teniendo mucho éxito y que la gente se dedica a coleccionar. Los precios van desde los cinco a los 500 euros. La camelia es originaria de las regiones tropicales y subtropicales de Asia sudoriental, China y Japón. Un botánico y misionero jesuita del siglo XVII, Georg Josephus Kamel (también conocido como Camellus), transportó plantas de camelios desde Filipinas a Europa.