Vecinos de San Xoán alertan de la inseguridad del campo de fútbol

FERROL

Hueco derribado en el muro por el que se puede entrar sin problema al abandonado recinto.
Hueco derribado en el muro por el que se puede entrar sin problema al abandonado recinto. josé pardo< / span>

El muro ha sufrido desprendimientos e intrusos han reventado la puerta de locales

05 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

San Xoán tiene su propio muro. Es el que rodea el campo de fútbol que hace décadas acogía partidos de alta rivalidad. Y que desde hace tiempo se cae a pedazos. Algunos de sus vanos se han venido abajo, y han tenido que ser los propios vecinos los que se ocupasen de repararlos. Boquetes en la tapia presagian nuevos desprendimientos. Y el gran hueco abierto en uno de sus extremos permite acceder sobre escombros a un recinto en el que césped ha dejado paso al crecimiento incontrolado de la maleza, que en supera en altura la pared en algunas zonas y cubre parcialmente los que un día fueron los banquillos de locales y visitantes.

Al riesgo que entraña esta estructura agrietada y casi en ruinas, se ha sumado inseguridad de otro tipo. El lugar es terreno abonado para la entrada de intrusos, como han demostrado recientemente. Las puertas de varios de los precarios vestuarios y almacenes auxiliares han sido forzadas. Y los amigos de lo ajeno han echado un vistazo a ver qué podían encontrar. Poca cosa, pero llegaron incluso a arrancar algún grifo. Esos locales los utilizaban los vecinos para celebrar fiestas o las luminarias, por lo que aún están dotados de luz y agua. Y se teme que puedan acceder gente allí. «Esto es tercermundista», resume Andrés Medín, presidente de la asociación de vecinos. Condensa sus quejas en el abandono y la inseguridad que entraña, especialmente por la presencia de niños jugando a menudo en la zona.

Lo cierto es que la situación no es fácil. Los residentes del barrio reclaman desde hace tiempo que la parcela pase a manos municipales para construir en ella un centro de salud, un centro social, una guardería y otros equipamientos deportivos y dotacionales de los que carecen, a diferencia, inciden, del resto de los barrios ferrolanos. Para ello presentaron más de 2.300 firmas ante el Concello. Pero los terrenos tienen otro propietario en la actualidad, la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), más conocida como el banco malo. La parcela era edificable en su perímetro, aunque contaba con una reserva de suelo dotacional, según el Área de Execución Integral (AEI) 10 de San Xoán. Durante el mandato socialista de Vicente Irisarri, la promotora Jocai XXI, perteneciente a Ángel Jove, mostró interés por edificar allí, pero la quiebra de la firma dio al traste con esas intenciones y los terrenos acabaron en manos de los bancos.

El alcalde, Jorge Suárez, no oculta las dificultades que esconde el proceso. Explica que ya trasladó a la Xunta unas demandas vecinales que comparte. Pero que para ello se precisa contar con los terrenos y que sean de propiedad municipal, ya que para cualquier infraestructura de ese tipo, la administración autonómica demanda la cesión del suelo. Por ello, el regidor señala que «hai que fixarlle un prezo aos terreos» para comprarlos, algo que tampoco parece demasiado factible en el contexto económico actual.

Suárez está pendiente de establecer el contacto con la Sareb y también de reunirse con la Consellería de Sanidade para abordar la situación.