Vecinos de Monfero piden batidas por los ataques de lobos a ovejas

a. f. c. / T. S. MONFERO / LA VOZ

FERROL

Vecinos de Canedo, en la parroquia de Val do Xestoso, observan la oveja atacada ayer.
Vecinos de Canedo, en la parroquia de Val do Xestoso, observan la oveja atacada ayer. ángel manso< / span>

Esta semana han muerto cuatro reses ovinas y un perro en Canedo

26 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Las recientes incursiones de los lobos han generado notable preocupación entre los vecinos del lugar de Canedo, en la parroquia de Val de Xestoso, en Monfero. «Desde o sábado pola mañá morreron un can, catro ovellas e quedaron feridas outras dúas», explica Eva Garrido Iglesias, una de las afectadas. Sus padres son los propietarios de las dos reses ovinas atacadas a media mañana de ayer, cuando pastaban con el resto del rebaño en un prado situado «a uns poucos pasos» de la vivienda. «Miña irmá veu unha ovella destrozada e outra con algo no pescozo (...). Antonte pola tarde mataron outra ao pé da casa e hai oito días, tocoulle ao pastor belga», relata.

La inquietud es patente en el vecindario, extrañado por la presencia del lobo tan cerca de las casas. «Nunca tal pasara aquí», aseguran, temerosos de que los ataques al ganado se repitan. «Por aquí anda a xente maior paseando e temos nenos pequenos... Non sabemos que pensar porque ás 12 da mañá presentóusenos diante da porta, coma quen di, e outro veciño tívoo diante del e non lle escapaba», señala Eva. En el caso de su familia, «o rebaño é para manter limpas as fincas de maleza», pero en esta misma parroquia se encuentran varias explotaciones ganaderas, «xente que vive disto», por lo que la inquietud es aún mayor.

Los vecinos de Canedo reclaman a la Xunta que autorice batidas para tratar de «eliminar aos lobos». De momento no han denunciado las agresiones a sus reses, pero algunos parecen dispuestos a hacerlo. «O seguro non che cubre estes ataques, salvo que pagues unha póliza adicional», indican. En Irixoa, cerca de los montes de Monfero, los vecinos también han reclamado batidas después de contabilizar hasta 15 perros muertos (atados junto a las casas) como consecuencia de la voracidad de las manadas, aunque no está claro si se trataba de lobos o de perros salvajes.