El Torrente Ballester será desde el viernes el centro de las actividades que se organizan con este galardón
10 sep 2014 . Actualizado a las 14:13 h.En el centro Torrente Ballester se ultimaba ayer la exposición que reúne las obras seleccionadas para el premio de gráfica Máximo Ramos. Un galardón que está ganando en prestigio y en que su edición número 23 reúne a cerca de medio centenar de obras: se seleccionaron 49 de las 230 que se presentaron al certamen, entre las que figuraba el trabajo de artistas de 24 países diferentes.
Tanto el alcalde, José Manuel Rey Varela, como el edil de Cultura, Manuel-Reyes García Hurtado, destacaron ayer la proyección de este premio y apuntaron que refuerzan la marca de Ferrol, junto con otros galardones, como el de investigación o el de piano.
Dos artistas ferrolanos
Los responsables municipales y la coordinadora del certamen, Sara Donoso, resaltaron la presencia de dos artistas ferrolanos -Eduardo Hermida y Eloy Taboada- entre los autores de una muestra que podrá visitarse desde el próximo viernes. Ese día comenzará la programación vinculada al premio y que consistirá en una intervención de Juan Manuel Monterroso, profesor de Historia del Arte en la Universidade de Santiago (19 horas). Una hora más tarde se abrirá la muestra al público de los participantes en esta edición, en la que la obra ganadora es del artista alicantino Ángel Massip y se titula Capas aleatorias de memoria.
Las 48 composiciones restantes son de los creadores a los que el jurado concedió una mención de honor: Eugènia Agustí, Edurne Herrán, Mauro Trastoy y Fernando Velázquez.
Programación del Auditorio
Sara Donoso destacó el nivel de las obras, así como las aportaciones novedosas de algunas de ellas, en especial la ganadora. El concejal de Cultura aprovechó la presentación del Máximo Ramos para resaltar que las pasadas fiestas del verano han sido todo un «éxito», al tiempo que anunció una programación estable para el nuevo Auditorio de Caranza. En este sentido, José Manuel Rey Varela apuntó que el premio se celebra por primer año en un centro como el Torrente Ballester, que ha sido totalmente renovado.