Jose Manuel Rey, político joven pero con una dilatada carrera, ha vivido su peor semana. El lunes se desayunó con un auto de la jueza De Lara que lo metió de lleno en la vorágine de la operación Pokémon: lo cita como imputado por haber cobrado, según deduce la magistrada de los informes y escuchas realizadas por agentes de Aduanas, 3.000 euros que le habría entregado el responsable en Galicia de la empresa Vendex. Siete días después, hoy cenará repasando su estrategia para tratar de desmontar, en su declaración de mañana ante la jueza, lo que tanto él como su entorno han reiterado a lo largo de la semana, que es absolutamente falso.
Hasta el momento de conocerse la imputación, Ferrol había quedado al margen de la Pokémon, una investigación en la que ya hay más de un centenar de imputados y que alcanza prácticamente a toda Galicia y a casi todo el arco político. Pero Vendex, la empresa que con sus supuestos sobornos contaminó la política gallega con la colaboración necesaria de algunos cargos públicos y fontaneros de los partidos, no tenía intención alguna de dejar a Ferrol fuera de su ruta del bacalao. Y el aldabonazo llegó, dirigido directamente al puente de mando del PP de Ferrol, cuando el candidato que por primera vez consiguió una mayoría absoluta entra en la recta final de la carrera para revalidar la victoria. El hecho de que Mercedes Carbajales, una ex concejala socialista fuera ya de la política, aparezca también en los papeles como receptora de una mordida de 4.000 euros, apenas apartó el foco de José Manuel Rey.
El alcalde, que a todos con cuantos habló en estos días en privado confesó que está pasando un momento personal durísimo, no se ha cansado de reiterar su total tranquilidad pese a la aparente contundencia de las pruebas que habría contra él: una conversación telefónica con el delegado de Vendex en Galicia en la que conciertan el encuentro en el que supuestamente le haría entrega de los papeles, en un restaurante de la plaza de María Pita de A Coruña.
El regidor no ha desvelado, como es lógico, la estrategia de defensa que utilizará mañana ante la jueza. No obstante, su firmeza en reiterar que no tiene relación con esa empresa y que fue su gobierno el que le rescindió el único contrato que tenía en Ferrol puede aportar alguna pista. Más luz arrojan quienes en su entorno hablan, sin querer dejar el anonimato: aseguran que existen dudas más que razonables de que la voz que se escucha en la grabación que obra en poder del Juzgado sea la de José Manuel Rey.
Y otro dato para la exculpación personal del político ferrolano, a quien el propio Feijoo dio el jueves un respaldo sin rodeos, es la identidad de Josman. Ese es el apelativo con el que se refiere a su interlocutor José María Tutor, el responsable de Vendex, pero en círculos cercanos a Rey Varela aseguran que al alcalde nadie, ni sus más allegados, le llama de ese modo. Ahí y en la identificación de la voz de la conversación entre Josman y Tutor pueden estar las claves. En uno de los informes que maneja la jueza se dice de forma explícita que la voz fue cotejada con intervenciones del alcalde en programas radiofónicos y se identifica el sobrenombre de Josman con José Manuel Rey Varela.
Si, como dicen en su entorno que sucederá el lunes, José Manuel Rey logra desmontar las pruebas por las que se le imputa un delito de cohecho, quedará por identificar a una persona a la que llaman Josman que está vinculada al PP y que es la que habla con Tutor en la conversación grabada y la que habría recibido los 3.000 euros. Ese giro en la investigación dejaría a salvo la inocencia personal de José Manuel Rey, pero quizá siga comprometida la de la organización que dirige o alguno de sus miembros. Uno de los números de teléfono que han quedado registrados en los contactos que se establecen entre Tutor -por mediación del concejal coruñés Julio Flores, que cita a Diego Calvo como intermediario- y Josman (José Manuel) de Ferrol es el de la sede del PP en la ciudad.
Después de la semana más dura, José Manuel Rey afronta un lunes difícil ante la jueza Pilar de Lara.
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