Catarsis inédita de alcaldes en Foro Voz

Rocío Pita Parada
rocío pita parada FERROL / LA VOZ

FERROL

CÉSAR TOIMIL

Cinco regidores ferrolanos expusieron sus expectativas y visiones de la ciudad

28 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Cinco nombres propios que han marcado la historia reciente de la ciudad y otros tantos relatos sobre lo que Ferrol ha vivido y vive en la actualidad. Los exalcaldes Manuel Couce Pereiro (1989-1991 y 1991-1995), Xaime Bello (1999-2003), Juan Juncal (2003-2007), Vicente Irisarri (2007-2011) y el actual regidor, desde el año 2011, José Manuel Rey, unidos por su cargo y responsabilidad, protagonizaron ayer un encuentro inédito de la mano de Foro Voz. Una «terapia de grupo», en palabras de Bello, plagada de anécdotas de sus mandatos y también del recordatorio de las dificultades experimentadas. Como la demora de proyectos clave para la ciudad, algunos ya abordados en los tiempos del socialista Couce Pereiro que en los de Rey Varela todavía continúan sin cerrarse: el convenio con Defensa o el saneamiento de la ría. O las dificultades económicas de la administración local y la necesidad de la búsqueda de recursos, un escollo que todos recordaron.

El tiempo era el tema de conversación en un saludo un poco forzado a la entrada de la Fundación Novacaixagalicia. Más locuaces se mostraban después sobre el estrado, donde asomaron cuestiones peliagudas como la plaza de España. «Levamos a culpa de todo e nós non fixemos nada», se defendió Xaime Bello. Y pese a la alusión de tener al lado a «os autores intelectuais do teoría dos dous furados», su sucesor, Juncal, no quiso entrar al trapo, aunque se ofreció a debatirlo con él en otra ocasión. .

Entre el numeroso público asistente, políticos como Juan Fernández, al que prácticamente todos hicieron alusión, o Nona Inés Vilariño, que formó parte de la corporación y del gobierno local que presidió Couce. Irisarri recordó «el tremendo torrente de ilusión» de recuperar la alcaldía catorce años después del último gobierno socialista mientras Rey Varela enarboló la bandera de la «estabilidad política y económica» de su mandato. La catarsis pareció hacer efecto: más relajados, los alcaldes se despidieron al final del encuentro entre bromas, risas y abrazos. Y propició la intención del alcalde de recuperar en forma de café el tradicional encuentro de alcaldes por el día de San Ramón.