El buque de aprovisionamiento en combate (BAC) Patiño, que regresó a Ferrol el pasado viernes después de tres semanas de despliegue para integrarse en la flota permanente de la OTAN SNMG-1 en el Mediterráneo central, realizó una importante maniobra de abastecimiento de combustible en Rota, antes de volver a su base en la urbe naval.
Desde la Armada ha informado de que desde primera hora del pasado día 7 la dotación del buque realizó cinco aprovisionamientos por la mañana y tres por la tarde, finalizando a las 19.00 horas. Detallan que «se suministró combustible a ocho unidades y se realizó también un traslado de pesos pesados con una de ellas».
Las unidades implicadas fueron el el megabuque Juan Carlos I; el Galicia; el Castilla, la F-102 Almirante Juan de Borbón y todas las fragatas de la clase Santa María excepto la Canarias y la Reina Sofía.
Se suministraron un total de 2.053.000 litros de combustible, «realizando todas las maniobras de forma segura y eficaz y sin ningún tipo de incidente».
Esta tarea da buena cuenta de las capacidades del buque ferrolano, cuyo principal objetivo, al igual que el de su moderno gemelo Cantabria, es el de proporcionar en alta mar combustible, víveres, avituallamiento, munición o asistencia sanitaria, por ejemplo, a las unidades a las que acompaña.
La importancia de este tipo de barcos gana cada vez más peso en las diferentes Marinas, ya que permiten apoyar despliegues largos en el tiempo de diferentes buques sin necesidad de que recalen en puerto para abastecerse, lo que implica que pueden desarrollar su tarea -en caso de crisis o conflicto real- de una manera continuada en el calendario.