Un multitudinario Domingo de Ramos abre la Semana Santa

Rocío Pita Parada
ROCÍO PITA PARADA FERROL / LA VOZ

FERROL

CÉSAR TOIMIL

Miles de personas llenaron Amboage y asistieron a las tres procesiones

14 abr 2014 . Actualizado a las 14:22 h.

Ferrol estrenó su primera Semana Santa de interés turístico internacional de la mejor de las formas posibles: con sol y miles de personas llenando sus calles. En el Domingo de Ramos salieron a la calle tres procesiones. Y el punto álgido lo puso una multitudinaria bendición de ramos que transformó la plaza de Amboage en un bosque de laurel, olivos y palmas.

La mañana comenzaba en el otro extremo del centro de Ferrol. Nervios entre la treintena de pequeños cofrades que se alineaban para encabezar la primera procesión del día, la de Jesús amigo de los niños, en las Angustias. Y a las puertas de la iglesia, cientos de personas que se acercaban para que su ramo quedase salpicado por las gotas de agua bendita que arrojaba el sacerdote, hisopo en mano, desde el umbral.

Una hora después, se repetía el ritual, esta vez en la plaza de Amboage y como previa a la salida de la popular procesión de La Borriquita, de la Cofradía de Dolores. La multitud rodeó totalmente los pasos de San Juan Evangelista y el que representa la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, y convirtió el recinto en un hormiguero. La imagen de La Borriquita fue transportada a hombros por mujeres. Dos de ellas descansaban a la espera de la salida de la procesión.

«Por devoción»

Oculto su rostro tras sendos capuchones verdes, sus ojos claros expresaban también sus motivos para participar: «Por devoción, básicamente», coinciden. «Eres de Ferrol, lo vives y llega un momento en el que quieres salir. Desde pequeña siempre quise hacerlo. Y cuando ya sabes por qué, lo haces por una promesa, y entonces sales con más ganas», aclaraba una de ellas. Llevan un lustro como costaleras. Y ayer les tocaban a 20 kilos por espalda. Pero aseguran que seguirán: «Hasta que el cuerpo aguante».

Con el aire oliendo a incienso, algunos de los penitentes que llevarían a San Juan a cuestas apuraban su último pitillo, con el capuchón levantado, a la puerta del corralón. La expectación era máxima en la salida del trono. Y el público se arranca con aplausos cuando completaron la maniobra de salida y enderezamiento del trono. Por delante, unas calles Real y Dolores hasta la bandera. La jornada se completó con la procesión del Ecce Homo, de las Cofradías de la Orden Tercera. Sus tres imágenes salieron de San Francisco llegando hasta Armas.