Natividad Quindós, la última señora de la casa de Baltar

Carla Elías Martínez
Carla Elías FERROL

FERROL

La pequeña feligresía naronesa dio nombre a una de las familias más influyentes del siglo XVIII que atrajo a la comarca a personajes de la vida social como los reyes

28 oct 2013 . Actualizado a las 19:39 h.

La pequeña feligresía de San Xoán de Baltar, ubicada en la parroquia de Santa María a Maior do Val, dio nombre a una casa que bajo el apellido Pardo de Andrade llegó a convertirse una de las más influyentes en el siglo XVIII al emparentarse con sus vecinos de San Sadurniño. Ahora el Concello de Narón rinde homenaje a la última de la familia, María Natividad Quindós y Villarroel, quien se convirtió en la última señora de Baltar y marquesa de San Sadurniño, con una investigación y estudio sobre su figura.

Su vida estuvo marcada por su estrecha relación con la corona. Llegó a ser Camarera mayor de la Reina Madre y Dama particular de la reina Cristina, y a su pazo de San Sadurniño acudieron en reiteradas ocasiones personajes destacados de la vida cortesana de Madrid y de la sociedad y política española. Incluso el rey Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia de Battenberg acudieron a este inmueble.

Sin embargo, el pazo de Baltar corrió otra suerte. Natividad a penas acudió al palacio naronés los primeros once años de su vida. Finalmente acabó desprendiéndose del inmueble, donándolo a los misioneros del Sagrado Corazón de María. «Con que gusto me desprendí y entregué a los P. Misioneros del Corazón de María aquella Casa Solariega, puerta y soto de castaños tan lleno todo de recuerdos de mi infancia! ... Y tengo muy viva en mi memoria que siendo muy niña sentí en aquella Capilla, por primera vez, la gracia de Dios sensible en mi alma!», explica la propia Natividad en su diario.

Desde el Concello también destacan su labor por los vecinos de San Sadurniño. Entregaba una pequeña canastilla con ropa cada vez que nacía un niño en el municipio, les regalaba roscas y galletas en días especiales en el calendario religioso, y se interesó por todo tipo de avances tecnológicos que permitiesen un mejor desarrollo de las técnicas que se utilizaban en el campo. Por ejemplo, puso en marcha y fue pionera en la comarca en la construcción y utilización de invernaderos. También financió la obra del campo de fútbol de San Sadurniño.

Con la muerte de su marido y sin descendencia directa, se dedicó a la vida piadosa y volcó todos sus esfuerzos en ayudar a los más necesitados.

El Pazo de Baltar

El Pazo de Baltar, donde descansan sus restos, comprende un conjunto de edificios de diversas épocas, aunque la construcción más antigua del conjunto data del siglo XVI. La marquesa donó el terreno y el pazo a los padres misioneros del Sagrado Corazón de María, que en el año 1914 construyeron un monasterio nuevo. En la actualidad pertenece a los Hermanos Claretianos.