Nueve kilómetros de colectores del saneamiento serán reparados

Rocío Pita Parada
rocío pita parada FERROL / LA VOZ

FERROL

JOSÉ PARDO

El aprovechamiento de canalizaciones ahorrará costes y evitará zanjas

13 oct 2013 . Actualizado a las 06:00 h.

Fabricar un tubo dentro de otro. Un concepto ingenioso que salvará a Ferrol de tener que abrir en canal cuatro kilómetros de sus calles para reparar las conducciones del saneamiento deterioradas por su falta de uso. Parte de las tuberías ya existentes quedarán desechadas y anuladas, pero muchos tramos serán reparados con el sistema que el mes pasado comenzó a aplicarse en Caranza: una manga impregnada en resina que se adhiere a las paredes de la tubería y que hinchándola con aire caliente se endurece y queda convertida en una nueva canalización. Se trata de una tecnología creada en Japón en los años setenta, ahora estandarizada en todo el mundo, que no es de empleo habitual. Su principal ventaja es el ahorro: de costes a la administración y de molestias a los ciudadanos, ya que evita que haya que abrir zanjas.

Para cubrir los dos tramos de interceptores generales que permitirán llevar hasta la estación de bombeo de A Malata los residuos de los vecinos de Ferrol y Narón, principalmente, serán necesarios 10,1 kilómetros de tuberías de nueva construcción, pero 9,5 podrán ser rehabilitados. En los de más de metro y medio de diámetro se utilizan métodos manuales, con trabajos «más de albañilería», relata José Piñeiro Aneiros, director de la obra por parte de Acuaes, accediendo los operarios al interior de los grandes tubos y reparando grietas y deficiencias. Pero en secciones inferiores, se utiliza esta rehabilitación mediante encamisado y curado de una manga flexible de resinas de poliéster, que supone la inversión de 2,5 millones de euros de los 37,6, sin IVA, que suma la obra. Y que supone el 8,3 % de la inversión en el tramo A Malata-A Gándara y el 12,3 % del que requerirá A Gándara-O Cadaval.

Si bien la idea es japonesa, su aplicación es aún más multinacional. La manga que se emplea se fabrica a medida para cada tubería y procede de Alemania. Pero quienes se encargan de ponerla son operarios de una empresa de Asturias, AST, una de las pocas que prestan actualmente este servicio en España e inexistente en Galicia. Caranza es la primera zona en probar un sistema, que también se prevé en O Cadaval y la Trinchera.