El ferrolano compagina los estudios de Ingeniería de Caminos con su actividad en la Banda de Música de Narón
04 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.«En mi casa siempre nos han puesto música, estaba ahí, de fondo». Quizás eso haya influido o quizás no, pero lo cierto es que Íñigo Barbadillo (Ferrol, 1987) siente pasión por el piano desde que tenía nueve años. Una pasión que en el caso de su hermana se llama violonchelo. «Somos varios hermanos y yo fui el primero en entrar en este mundo. De hecho mi hermana sí va a dedicarse a esto de forma profesional», explica.
-¿Siente cierta envidia?
-No es la palabra, pero lo cierto es que los músicos tienen una actividad mucho más participativa que en la enseñanza técnica y eso sí lo añoro.
-Estudia Ingeniería de Caminos, el cambio ha sido importante.
-Cuando era un chaval tenía claro que quería dedicarme a la música de forma profesional. Me esforcé mucho así que eso estuvo rondando mi cabeza durante mucho tiempo.
-¿Y qué hizo diluir esa idea?
-Supongo que el abanico laboral cuando empecé la carrera era mucho más favorable. La realidad es que no se puede decir exactamente que me guste la ingeniería, eso es algo muy abstracto, pero el tema de la construcción me llamaba la atención y me decanté por ello.
-Pero mata el gusanillo como integrante de la Banda de Música de Narón.
- Estoy ahí porque quiero y seguiré más tiempo. Disfruto mucho, estudié música y me esforcé bastante así que no quiero dejarlo de forma definitiva.
-¿Su próxima actuación?
-El día 18 vamos a acompañar a The Mississippi Mass Choir en Narón y el 29 despediremos el año con un concierto.
-Y una vez finalice sus estudios, ¿volverá a tocar el piano de una forma más constante?
-Desde luego doy por sentado que la música va a estar por el medio de alguna manera. Creo que es lo suficientemente valiosa como para que un buen día prescinda de ella.
emergentes ínigo barbadillo, pianista