La decisión, muy avanzada, supondría un 20 % más de la obra para la ría.
04 ene 2012 . Actualizado a las 03:00 h.La Armada australiana está configurándose como un auténtico motor de la actividad de Navantia en la ría de Ferrol y aún puede serlo todavía más. Aunque cuando adjudicó, en el 2007, el contrato para la construcción de dos megabuques anfibios basados en el Juan Carlos I español estableció que el 20% de cada uno de estos navíos tendría que hacerse en el país, en unos astilleros de Melbourne, ya negocia con los responsables de las factorías públicas construir todo el segundo barco en Ferrol.
Navantia no se pronuncia sobre la existencia de estas conversaciones, aunque fuentes conocedoras de las negociaciones aseguran que están muy avanzadas y las dan prácticamente por cerradas. La decisión de la Marina de las Antípodas llegaría en un momento en el que los trabajadores de las antiguas Astano y Bazán han calificado de «crítica» la situación si no se reciben nuevos encargos, ya que el primer megabuque australiano será entregado al país el próximo verano, fecha en la que también finalizará la obra de la quinta fragata F-100 española. Solo quedaría el segundo anfibio para Australia, que se llamará Adelaide. El programa inicial establecía que la superestructura de los navíos -que incluye el puente de mando y algunos sistemas- sería colocada en la factoría de BAE Systems en Williamstown, una vez que los megabuques fuesen transportados en una plataforma especial semisumergible hasta el país.
Eso es lo que sucederá con el primero de los anfibios, el Canberra, pero si finalmente se cumplen las expectativas, el segundo podría salir de la ría ferrolana navegando por sus propios medios hasta Australia.
Aunque el incremento de la obra no vendría a paliar completamente la caída en la actividad en la ría, sí serviría para reducir los despidos en las compañías auxiliares.
No sería, no obstante, la primera vez que se produciría un desvío de carga de trabajo desde el país hasta las plantas locales. En estos momentos se están fabricando varios módulos para el segundo de los tres destructores que, basado en el modelo de las F-100 españolas, se construyen en Adelaide. El retraso que experimenta la obra con respecto a las previsiones iniciales y el aumento del coste llevó a la Defensa del país a encargar trabajo a Navantia.
En estos momentos se negocian otros posibles desvíos de módulos.