La jefa del prostíbulo de Cedeira deriva la culpa a un fallecido

f. varela FERROL / LA VOZ

FERROL

El fiscal retira los cargos contra dos de los tres imputados

17 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La imputada como jefa del club de alterne Rebeca, de Cedeira, declaró ayer en el juicio que toda la responsabilidad de gestión del local corría a cargo de Moncho (Ramón Rodríguez Digón) ya fallecido. La brasileña Zelia Dias dos Santos aseguró también que no obligaba a prostituirse a las chicas que ejercían de meretrices en el establecimiento, sino que ellas lo hacían voluntariamente.

En el banquillo se sentaba asimismo el matrimonio de hosteleros ferrolanos Ana María A. F. y Marino C. R., ella propietaria del local en cuestión, situado en la carretera Cedeira-Ortigueira en el lugar de San Román, si bien el fiscal, en las conclusiones definitivas, retiró los cargos en contra de ambos por lo que, con toda seguridad, serán absueltos.

El asunto se remonta al año 2003 cuando los dueños de la casa la alquilaron a Zelia Dias. A partir del 2005, el club de alterne comenzó a ser el principal prostíbulo de la zona. La policía realizó una redada y comprobó que había varias chicas brasileñas sin permiso de residencia, que huían de la miseria de la región brasileña de origen y aceptaban prostituirse en España mientras no se regularizaba su situación. El ejercicio de meretriz en España es alegal, si bien se castiga obligar a alguien a comerciar con su cuerpo. Por ello en este juicio se trata de aclarar si así ocurría. La testigo protegida número 1, es decir, una chica que estuvo en el local y cuya identificación permanece oculta para protegerla, por orden judicial, confirmó que se le obligaba hasta que saldase el pago de una deuda que, según los jefes de la red, tenía contraída por los gastos de su traslado desde su país.

El fiscal utilizó estos testimonios que confirman la investigación policial para mantener los cargos contra Zelia Dias, que atendía igualmente al sobrenombre de Deborah, por delito relativo a la prostitución por el que solicita cuatro años de cárcel y multa de 24 meses a razón de una cuota diaria de 20 euros. Su letrado pidió la libre absolución. Ella, en su larga declaración respondiendo a preguntas del fiscal Daniel Jove, negó todos los cargos. Aceptó que las jóvenes pagaban parte de los beneficios, bien por las consumiciones, bien por los gastos de habitación por los servicios sexuales. Pero, siempre, insistió, era una relación voluntaria de las prostitutas con ella, que actuaba de encargada.

«Estábamos obligadas a ?trabajar? hasta pagar la deuda que decían que teníamos»

Testiga protegida número 1