Noventa minutos de gloria

JOSE VALENCIA FERROL / LA VOZ

FERROL

El portero Pablo Gómez debutó con el Racing en la penúltima jornada de liga

11 may 2011 . Actualizado a las 13:26 h.

El portero Pablo Gómez Fernández (Potes, Cantabria, 29/9/1985) debutó el domingo con la camiseta racinguista en la competición de liga (ya había jugado en la Copa). Disfrutó de sus noventa minutos de gloria en la penúltima jornada de la liga regular. Su compañero Paco Fernández fue titular indiscutible en los 3.060 minutos disputados con anterioridad.

Pablo Gómez se formó en la cantera del Santander. Salió cedido a varios equipos, entre ellos el Guijuelo, Torrevieja o Bezana y llegó a jugar en el filial cántabro. Al final de la pasada temporada una llamada del Racing hizo renacer en él la ilusión por llegar a cotas mayores. Sin embargo, ha visto la Tercera gallega desde el banquillo, en donde estuvo sentado las 34 primeras jornadas de la competición. El pasado domingo, en Carballo, Luisito le dio sus noventa minutos de gloria en la penúltima jornada de liga. Salió de titular en un partido intrascendente pero que a él le sirvió para debutar oficialmente en la competición de liga con la camiseta racinguista. Le metieron un gol fruto de una falta directa al borde del área. En el resto no tuvo mucho trabajo aunque cumplió.

El jugador siempre asumió su suplencia haciendo gala de una gran deportividad y paciencia: «El puesto de portero es el que es y solo puede jugar uno. Es lo que hay, ya lo sabía. La posición del portero es la más complicada para entrar en el equipo».

Destaca que este debut le ayudó a recuperar sensaciones y estar un poco mejor si, por lo que sea, le toca echar una mano en el play-off de ascenso: «He entrenado toda la temporada a muy buen nivel -asegura el jugador- y estoy preparado».

Lamenta el gol recibido en su debut pero explica que no pudo hacer nada: «El disparo iba muy fuerte, además el fuerte viento también ayudó y el balón se fue para dentro. Lo cierto es que tuve muy poco trabajo».

Sobre sus sensaciones en el transcurso de la temporada y la dureza de ver los partidos desde el banquillo señaló que: «Es lo que te toca y tienes que aceptarlo. Es mi rol en el equipo y dado el grupo humano que hay en este vestuario se hace muy más sencillo llevarlo. Siempre he sentido el respaldo de mis compañeros, me siento apoyado por ellos y noto que tengo su confianza. Lo que pasa es que entiendo que solo puede jugar un portero».

Añade que sin jugar es imposible estar al cien por cien: «Las sensaciones en un partido no son las mismas que en un entrenamiento. La tensión que vives al competir no la puedes tener en una jornada de trabajo».

El cántabro asegura que ya ha disputado tres play-offs de ascenso: «Jugué uno con el Guijuelo de Salamanca, en el que logramos en ascenso; otro con el Bezana cántabro y el tercero con el Torrevieja. En estos dos últimos nos eliminaron, aunque en el caso del Torrevieja caímos en la última eliminatoria».

Según su experiencia explica que: «En los partidos de promoción el margen de error es muy pequeño. Hay que pasar tres eliminatorias para subir y no queda otra que ser muy regular. Para mí, la clave es hacer un fortín del campo de A Malata. Creo que es donde tenemos que marcar la diferencia. Fuera también habrá que salir a ganar».