Gobiernos en minoría y pactos tensos engordan la abstención

F. Fernández FERROL/LA VOZ.

SANTIAGO CIUDAD

La fragmentación del voto y el fracaso de algunas coaliciones municipales explican, en parte, la baja participación electoral

15 dic 2010 . Actualizado a las 12:37 h.

El último barómetro realizado por Sondaxe para La Voz augura que Ferrol registrará en las próximas elecciones municipales de mayo el nivel de abstención más alto de todas las grandes ciudades gallegas, con un 44,7%. No se trata de un dato extraordinario. De hecho, es una constante en las ocho citas con las urnas para renovar las corporaciones municipales en la ciudad. Los datos los tiene Guillermo Márquez, catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la Facultade de Ciencias Políticas e Sociais de la Universidade de Santiago, y confirman que Ferrol es, junto a A Coruña, la urbe gallega con mayor índice de abstención. Así, el promedio de participación de los ferrolanos en las ocho convocatorias de elecciones locales de la democracia es del 57,8%, o sea, que no votaron el 42,2%. A Coruña lidera ese último ránking con el 42,6%. Ambos porcentajes contrastan con la media gallega de abstención en los comicios locales, que asciende al 38%; y con el promedio español, el 34,1%.

En la tabla anexa, que refleja el porcentaje de participación en todas las elecciones municipales en las siete grandes ciudades, así como la media gallega y estatal, llaman la atención dos momentos, en los que Ferrol registró el índice más bajo de abstención de su historia política reciente. Ocurrieron en los comicios locales de 1995 y 2003, cuando se produjo, por lo que se ve en los resultados finales, una importante movilización de votantes. En ese primer año mencionado, la abstención cayó al 36,8% del censo electoral; mientras que en la cita del 2003 bajó hasta el 36,5%. En ambos momentos, las urnas dieron la victoria al PP (en 1995 Juan Blanco fue elegido alcalde y en el 2003, Juan Juncal).

La movilización de los votantes para reducir la abstención es el caballo de batalla de todos los partidos, aunque el regidor actual, el socialista Vicente Irisarri, alertó recientemente de que ese fenómeno perjudica más a los partidos de izquierda, como simpatizantes menos fieles que las fuerzas de derecha. Lo cierto es que el PP salió victorioso en las dos citas con el índice de participación más elevado.

Pero ¿a qué atribuye Guillermo Márquez tan alta abstención en la ciudad? «Los porqués son muy variados», explica el catedrático en Ciencia Política, quien añade: «Hay una constante general de que las elecciones municipales son percibidas por los ciudadanos como de segundo orden, de menor importancia, y movilizan a menos votantes». Pero Ferrol es un «caso particular», con peculiaridades políticas ajenas al resto de grandes urbes gallegas y que explican, en parte, los elevados índices de abstención que aquí se registran.

Así, Márquez destaca que los votantes ferrolanos pueden elegir más opciones políticas que en las otras grandes urbes, con un partido independiente que lleva años con representación y que no existe en el resto de ciudades. Ese pluralismo «es bueno», pero provoca una fragmentación del voto que origina otro fenómeno constante en Ferrol: la alternancia en el poder municipal de coaliciones entre dos o más fuerzas. Ningún partido ha gobernado Ferrol durante más de cuatro años y nunca nadie ha obtenido una mayoría absoluta. Además, la historia de los pactos en la ciudad está teñida de problemas de convivencia y, en algunos casos, de rupturas traumáticas y gobiernos en minoría en dificultades. El desgaste es tal que genera una importante volatilidad electoral: buena parte de los votantes o cambian de opción o se apuntan a la abstención.