Los juzgados de lo penal de Ferrol han vuelto a absolver a un vendedor de mercadillo, que había sido denunciado por el grupo fiscal de la Guardia Civil por mercadear con prensas falsas de marcas muy conocidas. Los hechos se remontan al 2004. Los guardias sorprendieron al ambulante Álvaro Tomé Santos en Recimil con 151 prendas de vestir que tenía en su furgoneta, con las etiquetas y simbología de marcas como Liberto, Sólido, Dockers, Lacoste, Levi's, Quicksilver y Carolina Herrera. Según el atestado, el uso de esta simbología no fue autorizado por las compañías propietarias de las marcas, circunstancia de la que el ambulante era conocedor, añade.
El representante del Ministerio Fiscal, durante el juicio, había solicitado un año de prisión y multa de 20 meses a razón de doce euros diarios, e indemnización a las compañías afectadas. Le imputó un delito contra la propiedad industrial.
Sin engaño
No obstante, la jueza opta por la absolución porque estima que no existe engaño alguno al consumidor. La persona que acude a un mercadillo, dice, puede ver que ni el lugar, ni el precio corresponden a las prendas que están adquiriendo. Quien quiera comprar las verdaderas es consciente de que debe acudir a otras zonas, tiendas o boutiques especializadas y situadas en otros lugares diferentes a un feirón, más bien en calles comerciales de prestigio. La sentencia reconoce también que el vendedor era conocedor de la irregularidad de su comportamiento porque había sido detenido en dos ocasiones anteriores.
Pero, sin embargo, el tribunal opta por la absolución basándose en el principio de mínima intervención de la jurisdicción penal. Es decir, deben actuar otros poderes, como puede ser el municipal o autonómico a través de sus policías de mercados, con potestad para imponer multas e incautarse de material.