Melodías con mucha paz a la sombra de los naranjos

B. A. FERROL/LA VOZ.

FERROL

08 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El acto inaugural estaba previsto para las doce del mediodía, pero como las autoridades municipales no se obsesionan con eso que llaman puntualidad británica, los periodistas tuvieron tiempo de sobra para comprobar a qué suenan las cuatro piezas del primer parque musical de la ciudad. Las nuevas instalaciones dan la bienvenida al visitante nada más entrar al parque por la calle María, en el cercado de naranjos, y están compuestas por una amadinda colgante -una especie de xilófono originario de Uganda-; varios tambores de inspiración afrocubana; un cisne -compuesto por un total de 26 barras de aluminio-; y unos tubos musicales anclados al suelo en vertical.

Tras probar cada una de las piezas a golpe de martillo, el alcalde, Vicente Irisarri, y el concejal de Medio Ambiente y Servicios, Rafael Fernández Beceiro, dieron por inaugurado el «primer parque musical que hay en la ciudad», pensado, según advirtió el regidor, para «el disfrute familiar».

Irisarri apuntó que las nuevas instalaciones tuvieron un coste de 18.000 euros y aprovechó la ocasión para pedir a los ferrolanos que toquen sus piezas «con amor» y «respeto», en contraposición al vandalismo que hace solo unos días dejó maltrecho el vecino parque didáctico de Aquaciencia.

El alcalde también señaló que la ubicación elegida para los cuatro instrumentos de percusión del parque musical no podría haber sido mejor -porque en el Reina Sofía «se respira mucha paz»-, y añadió que no sería extraño que las nuevas instalaciones se convirtieran en un punto de reunión habitual de los músicos profesionales de la ciudad: «Aquí tendrán la posibilidad de crear nuevas obras musicales al aire libre, en medio de la naturaleza».

Aunque aún no hay fechas concretas ni plazos previstos, Beceiro indicó que las amadindas, los cisnes, los tubos y los tambores podrían extenderse a otros puntos de la ciudad en un futuro, como ya ocurrió con los parques biosaludables. Así, además del cuerpo, los ferrolanos también podrán ejercitar el oído al aire libre.