Enganchadas a la red del voleibol

TEXTO Beatriz Antón FOTO César Toimil FERROL |

FERROL

Tras jugar de niña con el club Aldebarán de San Sadurniño, la madre recuperó la afición en el recién nacido Narón Volea, donde también se entrena su hija

16 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Eva Romero saca de su bolso un carné ajado por el paso del tiempo. En la foto color sepia, una niña con ojos tímidos mira a la cámara con la misma nariz, la misma boca y la misma coleta que su hija Nerea. Pero no es ella. La instantánea fue tomada hace ya veinticuatro años y la niña de mirada tímida no es otra que la propia Eva. «Este es el carné que me dieron en el club Aldebarán de San Sadurniño en 1986, cuando empecé a hacer vóley», explica el palo de esta historia.

Sentada muy cerca de su hija, Eva cuenta que sus primeros saques los aprendió de la mano de Manolo Seco, fundador del Aldebarán y actual directivo del club, además de uno de los principales impulsores del vóley en Ferrolterra. «Yo diría que Manolo es una persona entregada a este deporte no ya al cien por cien, sino al doscientos por ciento. De no ser por él, estoy convencida de que el voleibol no existiría en la comarca», apunta Eva con total admiración por su primer maestro.

Tras entrenar y competir con Seco durante toda su adolescencia, Eva abandonó las canchas de juego, pero, hace ahora un año y medio, su hija Nerea le hizo regresar a ellas. «Pensé que sería bueno que mi hija practicase algún deporte, y como yo había hecho vóley, se me ocurrió que a ella también le podría gustar y la metí en las clases que daba en A Gándara el Aldebarán».

A Eva le picó entonces el gusanillo, así que también se apuntó. Y, poco después, animada por Seco, convenció a cuatro amigos para crear un nuevo club en el municipio: el Narón Volea. «Empezó a funcionar en septiembre y ahora ya contamos con 42 niños y con veinte jugadores veteranos», apunta orgullosa Romero, que forma parte de la directiva del club.

Mientras su madre habla, Nerea la escucha con mucha atención. Le cuesta intervenir en la charla, pero, cuando se le pregunta, no tarda demasiado en responder. ¿Te gusta el vóley? «Sí, sí, me gusta mucho», dice sonriente. ¿Y no es muy duro? «No mucho, entreno dos días a la semana, los miércoles y los viernes, y me lo paso muy bien». ¿Alguna otra afición? «Con el cole también voy a la piscina, pero me gusta más el voleibol», anota veloz.

Como tampoco es cuestión de ametrallarla a preguntas, su madre le echa un cabo y explica que Nerea juega en uno de los tres equipos que el Narón Volea tiene en categoría benjamín. Se trata de una formación que ha hecho un buen papel en la liga comarcal, y que, gracias a esos buenos resultados, el próximo 29 de mayo podrá tomar parte en la final provincial, que probablemente se disputará en Narón. Allí estará Eva para seguir el juego de su hija, del que destaca sus saques, mientras que Nerea alaba «los pases de volea» de su madre.

A pesar de que se trata de un deporte minoritario y con poco arraigo en la comarca, Eva cree que el voleibol puede tener mucho futuro en Ferrolterra, y sobre todo, en Narón. «A los padres les diría que es una actividad fantástica y no solo para que los niños hagan ejercicio, sino también porque les fomenta mucho el compañerismo». Ahora su máxima ilusión es que el Narón Volea amplíe su número de socios. Y, puestos a soñar, que «el club se convierta algún día en un referente a nivel nacional».