Óscar Cabana muestra su obra en la exposición colectiva «Granformato» en el Toxos e Froles
04 may 2010 . Actualizado a las 12:44 h.A Óscar Cabana (A Coruña, 1980) la afición por la pintura le viene de pequeño. No recuerda la primera vez que tuvo en sus manos un pincel, pero sí que «desde pequeño siempre andaba con un lápiz o una cera. Pintaba la ropa, las paredes y los encerados del colegio».
Define su estilo como figurativo, agresivo, de contrastes e inquieto. Pinta en acrílico porque seca rápido y reconoce que no podría hacerlo al óleo porque su poca paciencia «no se lo permitiría».
Hasta en la técnica encontramos detalles de la personalidad de este artista que también es arquitecto y que combina ambas facetas, aunque reconoce: «Cuando empecé a moverme en exposiciones veía la pintura como un hobby, pero ahora más como una profesión». Todavía sigue dedicándole más tiempo a la arquitectura: «Salgo corriendo del trabajo para poder pintar en el estudio que tengo en casa».
Estos días su obra puede verse en Ferrol. Participa junto a otros artistas en la obra colectiva Granformato que se expone en la sala del Real Coro Toxos e Froles. Su aportación es una muestra más de su estilo propio: «Mi pieza es una representación de mi trayectoria, se mueve entre negros y blancos, y mantiene la temática industrial». Un sello que le sigue imprimiendo su relación con la arquitectura.
El panorama no es el mejor para embarcarse en proyectos. Eso sí, no duda en reconocer que a nivel personal el balance es «fantástico», no han parado de salirle exposiciones y ha tenido reconocimientos tales como el premio Novos Valores del Concello de Brión o el Isaac Díaz Pardo de la Deputación da Coruña.
Con unos inicios más que prometedores, a Cabana aún le queda algún sueño por cumplir: «Poder dedicarme a esto en exclusiva y exponer en lugares como el Museo Thyssen-Bornemisza, el Reina Sofía o el MoMA de Nueva York».