Tres concellos de la zona blindan su seguridad con videovigilancia

Rocío Pita / Luís A. Núñez

FERROL

El palacio municipal ferrolano estrenó cuatro cámaras fijas interiores dentro de su contrato de protección

24 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Cuatro cámaras fijas vigilan desde hace unas tres semanas los movimientos en los pasillos y accesos del palacio municipal de la plaza de Armas. El de Ferrol ha sido el último concello de la comarca en sumarse a la videovigilancia, después de Narón, que protege su ayuntamiento con seis cámaras exteriores desde su inauguración en el 2002, y Ares, que tras una agria polémica consiguió legalizar otra media docena distribuidas en su perímetro externo para proteger el inmueble de actos vandálicos. En Ferrol, la concejala de Seguridade, Sandra Ríos, dice confiar en su efecto disuasorio y también en que permitan un mejor control de su seguridad, aunque el Ayuntamiento solo ha logrado permiso para instalar las cámaras en el interior. Lo hizo dentro del contrato suscrito por unos 390.000 euros con una unión temporal de empresas de la que forma parte Prosegur. Ese acuerdo incorporó al Concello en los últimos meses la presencia de vigilantes privados y la colocación de un arco de seguridad. A las del Ayuntamiento se sumarán próximamente las que se destinarán a la nueva perrera de Mougá, dada su alejada situación.

El Ayuntamiento de As Pontes lo intentó sin éxito y ahora es Neda quien está en trámites para conseguir la autorización de videovigilancia. El Concello envió el año pasado a la Delegación del Gobierno una petición para instalar cámaras de seguridad en cinco edificios públicos municipales, a fin de vigilar sus instalaciones y poner freno así a los actos vandálicos que se ceban con inmuebles como el centro cívico o el albergue de peregrinos. Según manifestó ayer el alcalde de la villa, Ignacio Cabezón, la Delegación del Gobierno aún no se ha manifestado pero tuvo la oportunidad de hablar en persona sobre ese asunto con el delegado Antón Louro, quien le mostró las dificultades de la instalación. No obstante, Cabezón sentenció que «no nos metemos en la vida de nadie, ya que solo son para vigilar puertas y fachadas».

El Ayuntamiento de Neda tiene presupuestadas una quincena de cámaras en torno a los 30.000 euros. Y el alcalde hizo suyos los argumentos del concello vecino de Ares, en el que primero se instalaron los dispositivos y después obtuvieron el permiso con la venia judicial. Al respecto, Cabezón sentenció: «Me gustaría que fuera con el permiso oficial, pero si no, lo tendremos que hacer como ellos».