Las explanadas de Caneliñas almacenan la mercancía importada por tres buques desde Indonesia
26 oct 2009 . Actualizado a las 12:44 h.Las montañas de carbón que ha dejado tras de sí el prolongado conflicto de los transportistas en el puerto exterior de Ferrol tardarán al menos un mes en desaparecer. Las 460.000 toneladas de mineral procedentes de tres buques carboneros comenzarán a ser desalojadas el próximo martes, tras el acuerdo pactado el viernes en As Pontes. De ello se encargarán los 121 camioneros, la totalidad de la flota, que el grupo Estéllez se ha comprometido a contratar. Cada vehículo tiene una capacidad para cargar unas 27 toneladas de mercancía, por lo que el promedio diario del material que puede ser transportado supera las 16.000, o lo que es lo mismo, unos 25 días de operar continuo para despejar las explanadas de Caneliñas. Más de un mes, teniendo en cuenta que el transporte del carbón no suele trabajar los fines de semana.
No obstante, según distintas fuentes, la prioridad ahora no es la velocidad en el transporte de todo el material acumulado, sino agilizar los primeros envíos de mineral hasta As Pontes para garantizar el suministro para la producción de energía y que la central pueda funcionar a pleno rendimiento. El pasado jueves Endesa decidió apagar dos de los cuatro grupos de generación que posee la planta para dosificar las provisiones de combustible existentes. Los parques de almacenamiento de la compañía energética se encuentran bajo mínimos, pero la próxima semana comenzarán a recibir material. Lo harán previsiblemente a partir del martes. El día anterior será empleado para ultimar los detalles formales del acuerdo y la documentación para que los camiones comiencen a trabajar. Para ello se celebrará una asamblea a las siete de la tarde en la gasolinera de Espiñaredo, en As Pontes, que pondrá fin, previsiblemente a un mes de bloqueo del transporte.
Ayer al mediodía no se veía ningún camionero vigilando los accesos al puerto exterior. Sin embargo, en la dársena, excavadoras y volquetes seguían haciendo hueco en la terminal de Endesa para permitir al Meynell descargar sus 162.000 toneladas de carbón traído de Indonesia.