Xestoso censa a sus difuntos

FERROL

Un registro informatizado impulsado por el párroco numerará tumbas y nichos para recuperar la memoria histórica

20 ago 2009 . Actualizado a las 12:10 h.

El párroco de Xestoso, Luis Ángel Rodríguez Patiño, ha conseguido poner de nuevo en tensión a la parroquia. En sentido literal y figurado. Este archiconocido cura se ha embarcado ahora en una nueva cruzada: poner en orden los camposantos de los lugares bajo su jurisdicción.

Se acabaron las tumbas sin nombre, los nichos no se sabe si llenos o vacíos y los panteones familiares en los que nadie sabe realmente quién está enterrado. Los vecinos conocen desde hace tiempo la iniciativa. De hecho, las hojas parroquiales que periódicamente publica el sacerdote anuncian el requerimiento a los feligreses a que contribuyan con la información de que dispongan a la identificación de las sepulturas. Todo, con un triple objetivo. Por una parte, cumplir la normativa relativa a los cementerios que la Xunta dictó en el año 1997 y que obliga a llevar un registro de los enterramientos realizados en los cementerios.

Por si viene Garzón

«Imagina que viene un día el juez Garzón y te pregunta a quién tienes en cada hueco», ejemplifica Rodríguez Patiño, medio en broma, pero también en serio. «Aquí tenemos personas enterradas de la Guerra Civil», añade. De hecho, además de buscar el más estricto cumplimiento legal y conocer, por motivos sanitarios, quién está enterrado en cada hueco, un tercer objetivo es la recuperación de la memoria histórica, como complemento a la labor de recuperación que se realiza en el programa de estudios para mayores de la UNED Sénior de Xestoso.

Así lo asegura el párroco, promotor de una iniciativa que ha encontrado partidarios y detractores. Entre los primeros, aquellos que conscientes de su edad y de que con ellos se perderá gran parte de la memoria familiar. Entre los segundos, los que no quieren que se revuelva en cuestiones de muertos. «A mucha gente no le gustó», reconoce el cura de Xestoso, «pero de cien a lo mejor son solo veinte», cuantificó.

Un callejero en el cementerio

El sacerdote se ha puesto manos a la obra en las parroquias que gestiona en la provincia de Lugo. Momán, en Xermade, y Labrada, en Guitiriz, ya han creado su propio registro informatizado de enterramientos. Actualmente se trabaja en los de las parroquias de Alto y Val Xestoso (Monfero) y en unos meses se comenzará con el camposanto de Cambás, en el municipio de Aranga. Allí el trabajo está más avanzado, ya que hace tiempo se empezó a numerar.

Colaboración vecinal

Los vecinos han recibido impresos donde se les insta a cubrir toda la información posible: propietario de la licencia, nombre del enterrado, fecha de fallecimiento, cuándo nació... o si, simplemente, conocen si el hueco está vacío. Esa información también ayuda, y toda la recibida se pasará a un listado informatizado que, además de cumplir el objetivo para el que fue creado, servirá también en el futuro para facilitar otro tipo de consultas. Se trata, resume, el párroco, de «pasar lista a los difuntos, saber quién está y quién no». Y para ello los camposantos dejarán de ser extensiones cuadriculadas de paredes y pasillos y contarán con su propio callejero. Todo será numerado: bloques, departamentos, filas y cada hueco de los nichos, incluidas urnas y columbarios.