Barallobre mezcla historia y raíces

A. Vellón

FERROL

La reunión de vecinos con el nombre de esta parroquia fenesa coincidió con la emotiva celebración de los 75 años del monumento O Camiñante Descoñecido

05 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Julio de 1934. En la parroquia fenesa de Barallobre se inauguraba el monumento O Camiñante Descoñecido. Julio del 2009. Pasados 75 años de ese momento, vecinos y autoridades, convocados por la Liga de Amigos de Barallobre, se reunieron de nuevo entorno a ese peculiar e histórico espacio para conmemorar su existencia.

Ubicado ahora en la carretera hacia Mugardos -fue trasladado de su emplazamiento original-, la zona sorprende por su filosofía. En el banco de la pieza central están plasmados los nombres de Castelao y Curros. Rodeándolo, entre flores, árboles y un estante con libros a disposición del que quiera echar manos de ellos, se reparten otros asientos. En cada uno de ellos, otra personalidad: Pérez Parallé; Ares Feal; Pondal; Rof Codina; Rosalía; Ínsua Santos; Irmáns Vilar-Ponte; Otero Pedrayo; Bieito Cupeiro y Neira Vilas.

Precisamente este último, Neira Vilas, es el único personaje que aún queda vivo de todos los mencionados. Y ayer estuvo en Barallobre para leer un emotivo discurso, precedido de otros no menos cargados de simbolismos para un lugar que es muestra de tolerancia, de raíces gallegas y de cultura, la mejor luz contra los amigos de la ignorancia.

Tras apoyar su bastón, el escritor definió el lugar como «unha obra de amor e imaxinación, con sombra, con libros, con asentos para descansar e ler, para ler e descansar...» Todo un homenaje, además, a los caminantes de una tierra de caminos. A los trabajadores y trabajadoras, a las parejas, a los niños y a sus juegos. Cerca, también, de las sendas del mar. «Galicia é país de camiñantes», aseveró Neira Vilas.

Después de que el autor arrancase una cerrada ovación de todos los presentes, una ofrenda floral, una pieza con el acordeón de Manuel Cociña, de Perlío, y el himno gallego a cargo de las gaitas pusieron el colofón.

Pero el colofón a lo primero que se hizo en Barallobre por la mañana. Porque hubo bastante más. Se mezcló la historia con las raíces porque, precisamente ayer, se celebró también el tercer encuentro anual de los Barallobre.

Un buen grupo de los que portan ese apellido acudieron al acto para, después, celebrar una comida de confraternidad a la que le sucedió un festival folclórico, ya por la noche, en el que estaba programada la actuación de la conocida gaiteira Cristina Pato.

Un ejemplo

De los Barallobre y sus diferentes procedencias, aunque la mayoría viven en Galicia, daba ayer cuenta Antonio Soto Barallobre. Vive en Madrid, al igual que lo hicieron sus padres. Se enteró de la iniciativa «por un correo electrónico que me enviaron» y, desde entonces, «no falto». Aprovecha para ver a su familia «de aquí, de Galicia» y «para saber más cosas de mi apellido, de mi gente y de este precioso lugar».

A media tarde, la vicepresidenta de la Liga de Amigos de Barallobre, María Xosé Novo, una de las principales promotoras de la iniciativa, describió: «Foi todo moi sentido, moi sinxelo, moi de veciños, sen aglomeracións. Xusto como o queríamos. Estamos encantados».