Llueve agua bendita sobre Ferrol

FERROL

La cofradía de Dolores reúne a miles de personas en la tradicional fiesta social y religiosa del Domingo de Ramos en Amboage; en la ciudad ya no cabe un alfiler

06 abr 2009 . Actualizado a las 15:24 h.

Se nota que es Semana Santa. No solo porque suenen a lo lejos las cornetas y tambores de las bandas que marcan el paso de los penitentes. O porque uno se cruce con capuchones por la calle. Se nota porque de pronto, de un día para otro, en Ferrol no cabe un alfiler. Y eso que era domingo, un día en el que ni por asomo suele haber problemas para aparcar cómodamente a las puertas del bar de turno. Pero en Semana Santa, de pronto, las aceras y arcenes lucen llenas de coches estacionados por los incondicionales de las procesiones, o simplemente por los amantes del bullicio.

Ferrol se triplica a sí misma durante una semana. Arrancó ayer ese período con una de las mayores concentraciones humanas de todos los días de la Pasión.

Pasaban unos minutos de las doce del mediodía y cientos de personas se dirigían a un destino fijo con palmas y ramos de olivo y laurel en la mano. Algunos demasiado aparatosos y pesados. Tanto que el pequeño Juan arrastraba el ramo por el suelo y avanzaba a pasos de tortuga. Su madre trataba de apurarlo. «Vamos Juan, apura, que María ya está llegando». ¿A dónde? A la plaza de Amboage, ante la iglesia de Dolores. Allí, mientras en el templo se oficiaba misa, miles de almas aguardaban su turno. Esperaban por el agua bendita, por la bendición de los ramos.

Tuvieron que esperar un buen rato. Tras la misa, la cofradía de Dolores sacó a la plaza los tronos de San Juan y La Borriquita, que luego participarían en la procesión de la Entrada Triunfal de Jesús de Nazaret. Rodeados por miles de personas fueron testigos de la lluvia de agua bendita, que cayó sobre los ramos, la estatua del marqués de Amboage y sobre Ferrol.

Entre el público, muchas caras conocidas. Creyentes y no creyentes. ¿Qué les hace sumarse al rito? Eso precisamente, el rito, la tradición «de venir todos los Domingos de Ramos con mi madre y mi abuela», contaba Carla mientras sujeta dos ramos hechos con laurel y olivo.

Para Rocío, ese acto en Amboage, el primer día de la Semana Santa, «es el más feliz, es la fiesta de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, por eso convoca a tanta gente, aunque el día más emotivo es Viernes Santo», precisa esta ferrolana, madre de Carla.

El Domingo de Ramos ofreció a los miles de personas que pasaron el día en Ferrol tres procesiones: la primera del año, la de Jesús Amigo de los Niños, de la cofradía de las Angustias; la de Dolores, que siguió a la bendición de los ramos, y la del Ecce Homo, de la Orden Tercera.

Las predicciones meteorológicas del servicio oficial de la Consellería de Medio Ambiente dan lluvias para hoy y mañana, aunque remitirán el miércoles. Estas previsiones son las peores noticias que pueden recibir los más de tres mil penitentes que escenificarán esta semana por las calles la pasión y muerte de Jesús de Nazaret hace 2009 años, pues, a no ser que sean precipitaciones leves, la lluvia obligaría a suspender procesiones.