Las comparsas de la comarca mantienen su animación «sen gastar moito carto»

Marina Chiavegatto

FERROL

21 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Son amigos que se reunieron por las más distintas razones. Hay los que se conocen de toda la vida, los que tienen intereses en común y los que pertenecían a grupos culturales. Decidieron celebrar juntos el carnaval, se prepararon durante meses y, a partir de hoy, las diez comparsas desfilan en el entroido de Ferrolterra. ¿El objetivo? Pasárselo bien. Pero es necesaria alguna organización. En las reuniones de las comparsas se decide el tema de los disfraces, el autor de las letras y la música y también se ensaya (un poco). Después de la reunión, «cada uno busca lo suyo».

Tal vez porque este año la crisis afecta más al bolsillo, se nota una preocupación para no «gastar moito carto» en los disfraces. Luis Víctor, de la comparsa Marela Vén, explica que «se puede hacer un traje con apenas dos euros». El secreto es reciclar lo máximo posible, «coger plásticos y cartones que se tienen por casa y usar la imaginación».

El miembro de Marela Vén, la comparsa más antigua del carnaval ferrolano, añade que el dinero que da el concello «no llega ni para las reuniones» y, por lo tanto, que todo lo que se ve en el desfile del entroido es fruto de la inversión de los ferrolanos en la fiesta del carnaval.

Sin embargo, As Vellas da Troula apuntan que el concello de Fene es el más complicado. A diferencia de lo que sucede en Ferrol y Narón (en los que los concellos tienen un presupuesto fijo para dar a cada comparsa), en Fene «hay una cantidad total para el conjunto de las comparsas». Julia Sedes explica que la cuantía que recibe cada grupo varía según el número de inscripciones y que, por lo tanto, «hasta el final» no se sabe cuanto va a recibir cada uno.

En las diez comparsas que desfilan en el carnaval ferrolano del 2009 hay desde bebés de tres meses, hasta «señores jubilados»; desde grupos de 15 personas, hasta comparsas de 50, desde trajes hechos con productos reciclados, hasta los confeccionados con telas y forros.

Los disfraces

Unos dicen que lo más importante es la música y otros la animación, pero todos coinciden en que «sin disfraces no hay carnaval». Lo difícil es que se pongan de acuerdo sobre lo que es «un buen disfraz».

María José, miembro de O Corpo de Bombeiros, cree que lo mejor del carnaval es que «los disfraces sean únicos», para que se pueda trasladar la personalidad a la ropa. En su comparsa, los disfraces obedecen todos al mismo tema, pero son muy distintos ya que cada uno los hace con «las cosas que tiene en casa».

En As Vellas da Troula la mecánica es otra. Una vez elegido el tema, se dividen las tareas. Unas se encargan de comprar las telas, otras de hacer los complementos y otras de la costura. «Es impresionante lo rápido que sacan adelante el trabajo», comenta Julia Sedes.

También los Suricatas prefieren hacer todo en grupo. «Nos juntamos padres e hijos para hacer los disfraces. Los niños estorban más que ayudan, pero lo hacemos para que no se pierda el espíritu», cuenta Belén.