La Consellería de Cultura gastó el año pasado cerca de dos millones de euros en la Feria del Libro de La Habana. Con la excusa de que estaba promocionando la cultura gallega en el exterior, los fondos públicos sirvieron para trasladar a más de 200 personas a Cuba, pagar su estancia en la isla durante varios días, regalar miles de libros y, cómo no, pagar cientos de mojitos, como no tuvo más remedio que reconocer, certificar y autorizar el propio Consello de la Xunta. La polémica quedó servida y la Feria de la Habana dio muchos cartuchos a la oposición contra Ánxela Bugallo, que quedó aún más tocada.
No satisfecha con ello, en la recta final de su mandato y cuando ya sabe que no va a repetir ni como conselleira ni como diputada no tiene rubor en organizar una nueva expedición a Cuba coincidiendo con la campaña electoral. ¿Cómo va a justificarlo? Parece que quiere despedirse por todo lo alto.