Mucha arena en el campo y «prohibido comer pipas»

La Voz

FERROL

05 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Tres veces visitó el Racing al filial del Santander en los últimos años, en tres campos diferentes. Empató en La Albericia con Luis César, ganó en Sarón con Manolo García y perdió ayer en Guarnizo. Situado fuera de la capital cántabra, es un campo muy castigado, con un césped irregular, plagado de arena y donde se hace difícil la circulación del balón.

Con una sola grada frente a los banquillos, el estadio del Guarnizo, modesto, carece incluso de bar. Pero el público se abitualla en un kiosco cercano. Así que en un gran cartel se advierte de que en la grada está «prohibido comer pipas». ¿Incluso las peladas?

Aficionados fieles

En Guarnizo el personal del Santander, como siempre, es exquisito en las atenciones a los visitantes. La reacción de los meses anteriores animó a un puñado de aficionados del Racing a desplazarse a Cantabria. Coincidieron en las gradas con el presidente del club, Isidro Silveira, y con el ex entrenador de los ferrolanos, y ojeador ocasional en la zona cántabra, José Antonio Saro.

Con manta contra el frío

Antes de empezar el partido, en la tribuna se escucharon gritos de la afición local de «vamos Racing», justo cuando los ferrolanos saltaron al campo. «Total, los dos se llaman igual», aclararon al momento. En una mañana fría, los suplentes del equipo verde se cubrían con una manta con manchas de leopardo. Helados se quedaron con el cariz que tomó el partido.

Recién dado de alta, Kamel Ouejdide esperó su turno en el banquillo. Pero, aunque el resultado pintó feo desde muy pronto, tuvo que esperar para debutar como tercer y último cambio. El delantero francomarroquí, con el 14 a la espalda, jugó más de media hora.

El punta procedente del Cannes, con hambre de fútbol, dejó una grata impresión en su estreno.