Muchos decibelios y cada vez peor oído en las calles de Ferrol

FERROL

En numerosos puntos de la ciudad se alcanzan niveles de sonido excesivos

12 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Un auténtico follón, y además perjudicial para la salud invade numerosos puntos de la ciudad. España es uno de los países más ruidosos del mundo, algunos estudios dicen que el segundo tras Japón, y Ferrol no escapa a ese gusto por el jaleo. Con un simple sonómetro y un paseo por las calles es sencillo advertir que los decibelios medios que registra el aparato superan los recomendados, unos 55, por los expertos médicos y la Organización Mundial de la Salud, y que los picos de ruido en algunos puntos son altísimos.

Quizá uno de los mejores lugares para acabar sordo sea la rotonda de la carretera de Castilla con el Acceso Norte. Allí el sonido del tráfico rozaba los 85 decibelios de media el viernes por la tarde, con relativamente pocos coches. Mucho ruido y continuado, un peligro para la buena salud del oído, dicen los médicos. Y se registraban picos de 105 al pasar autobuses o camiones de gran tonelaje.

Algo más tarde, a las cinco y media, el follón también era considerable en la carretera de Catabois. A la altura del cruce con Anduriña la media era de 78 decibelios, de nuevo con pocos coches, con picos de 95 cuando pasaban vehículos pesados, y de 94 cuando pasó un furgón de la Guardia Civil de Tráfico.

Ambas carreteras superan el umbral de 65 decibelios que, según la ordenanza municipal, permitirían al Concello restringir el tráfico para reducir los niveles de contaminación acústica.

El concierto de los adoquines

El centro tampoco se salva. En la calle del Sol los adoquines logran elevar el ruido a unos 80 decibelios, con máximos de 99. Es una cifra muy elevada, que solo explica el empedrado.

Otro ejemplo: el sonómetro marcó una media de 75 decibelios en el interior de un utilitario que circulaba a 50 con las ventanas bajadas. En el mismo coche, con similares condiciones y a solo 30 kilómetros por hora, el aparato no bajaba de 100 decibelios. La principal diferencia entre ambas situaciones es que la segunda vez transitaba sobre los adoquines de la calle del Sol.

De vuelta en las calles. También con poco tráfico, en los alrededores del Arquitecto Marcide se alcanzaban los 70 decibelios de media. Es de esperar que en horas punta se supere con creces esa cifra. Sin embargo, el monumental recibidor del centro tiene una ventaja: actúa como pantalla, y en su interior solo se registraban unos 40.

Los niveles más bajos en la calle se registraron en plazas públicas. En la de Armas, también con pocos coches en marcha pero con bastante gente en la calle, la media fue de 65 decibelios, con picos de 75.

En la de Ultramar, en medio del parque infantil, con más de quince niños jugando y berreando y otros tantos padres y madres charlando y, de vez en cuando, llamando a gritos a sus retoños, apenas se alcanzaban los 65 decibelios de media. Aunque las voces de algunos progenitores lograron picos de más de 80. Parece bastante, pero esas cifras sirven para confirmar que el tráfico es el rey del ruido en las calles de Ferrol.