La cara oculta de las fiestas

Luís A. Núñez

FERROL

La inspiración de Ana Belén está en recrear un salón de estar en el camerino; Milladoiro apuesta por el Rioja y Dover pide moqueta y barritas energéticas

10 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El secreto de muchos artistas no está en el escenario, sino en los rituales que siguen antes de saltar ante el público. Es el caso de Ana Belén y Víctor Manuel, dos veteranos músicos que amenizarán las fiestas de la próxima semana en Narón. Su inspiración se encuentra en un cómodo salón. No el de sus casas, claro, pero la carretera cansa y no viene mal poder echarse un rato en un buen sillón de orejeras antes de enfrentarse al público.

Entre las peticiones de intendencia para estos dos artistas se encuentra todo un camerino enmoquetado, con un buen sofá o dos sillones cómodos. Que no falte, tampoco, un espejo de maquillaje y otro de cuerpo entero, para ver cómo lucen antes de subirse a las tablas. Percheros, lámparas y una mesa baja de salón completan el pequeño hogar que deberá recrear la organización de las fiestas para la noche del día 18.

Pero esto no es todo. El escenario desgasta y no viene mal pegarse un atracón al finalizar la jornada laboral. Ana Belén y Víctor Manuel piden a la organización sándwiches variados, quesos y fiambres, frutas variadas, agua y refrescos, una tetera y miel para aclarar la garganta.

Curiosamente, ni ellos ni nadie de su equipo técnico y músicos probarán una gota de alcohol durante el concierto. Al contrario, otros grupos como los míticos Siniestro Total (día 17) o Milladoiro (día 20), buscan esa chispa que derrochan sobre el escenario en una buena botella de whisky o ron de calidad, o en el clásico vino tinto de Rioja. Dos de los conjuntos que actuarán en el festival de música folk del domingo de la próxima semana se decantan por esa denominación de origen.

El hielo que no falte, y tampoco los rollos de papel higiénico. Y es que las buenas ideas son fugaces y pueden venir a la cabeza en los lugares más singulares.

Comidas ligeras

En cualquier caso, todo buen artista conoce los mejores secretos para mantenerse hidratado ante el público. Comidas livianas a base de fruta fresca es la opción mayoritaria, aunque, en el caso de Four Men and a Dog también se apuesta por los sándwiches y frutos secos, además de unas patatitas variadas para picar.

Los componentes de Dover, que actuarán la noche del día 17, después de Siniestro Total, son los más remolones y tratan de evitar baños de masas antes de colgarse las guitarras al hombro. Es por esto que el camerino no debe estar a menos de diez metros del escenario. También exigen suelos alfombrados o enmoquetados, como es obvio, limpios.

Estos apuestan por prepararse la pitanza: entre sus caprichos hay chocolatinas, barritas energéticas, yogures desnatados y queso fresco, surtido de pechuga de pavo, jamón cocido e ibérico y todo lo necesario para prepararse sus propios bocatas y una ensalada monumental para todo el equipo. También piden una tetera e infusiones variadas, además de bebidas isotónicas y cervezas para el equipo.

Faltriqueira, más modestos, piden termos de café, leche y agua, zumo de naranja y embutidos variados.

Duchas, toallas limpias en cantidad y agua para hidratar la garganta completan las demandas de los artistas para el buen desarrollo de los festejos.