La renta del parque eólico de los montes comunales de Mera paga las fiestas

Francisco Varela

FERROL

La comunidad vecinal gestiona colectivamente 147 hectáreas, con bosques de pino y eucalipto y pastizales

07 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Todo el entorno del Ortegal está rodeado de comunidades de montes en mano común, sobre todo en las estribaciones de Serra da Capelada. Más de mil hectáreas están gestionadas por colectivos vecinales, siguiendo las viejas tradiciones germánicas sobre usos de montes en común para el pastoreo, madera y leña. No obstante, al igual que ocurre en el entorno de Ferrol, en el área del Ortegal también viven conflictos internos que las mantienen inactivas con pleitos en los que se malgastan recursos y energías.

Sin embargo, esta situación no es general. Es el caso de la comunidad de montes de Santiago de Mera, entre Cariño y Ortigueira, que dispone de 147 hectáreas en las zonas de Chao de Salgueiro y Chao de Carracedo, con pastizales y bosques de pino y eucalipto.

En su demarcación se ha instalado un parte eólico, uno de los situados en las crestas de A Capelada. La comunidad vecinal ha pactado con la compañía eólica un arrendamiento o pago de 15.000 euros anuales, que se ingresan en las cuentas de la comunidad y que luego, en buena parte, van a parar a las cuentas de las comisiones de fiestas que organizan los festejos de Mera. La comunidad está formada por 110 comuneros de la parroquia de Mera, es decir, un representante por cada casa habitada, como dice la norma. Un técnico de la Asociación Forestal de Galicia (AFG) asesora a la comunidad para algunos trámites burocráticos, sin intervenir en la gestión del monte porque casi todos se encuentran conveniados con la Xunta. Durante la dictadura de Franco gran parte de los montes comunales fueron intervenidos para reforestar y entregados a los ayuntamientos. Este atropello de derechos históricos de las comunidades vecinales fue una de las causas de los incendios y desinterés de la zona rural ante los fuegos que asolaron los montes durante décadas. Igualmente generó un sistema de corrupción con las subastas de madera, en beneficio de determinados cargos de la época.

Otras alternativas

Enrique García, ingeniero de Montes perteneciente a la AFG, ha explicado que existen, no obstante, otras comunidades que han recuperado su histórica pujanza tras un cambio generacional. Es el caso de importantes comarcas del sur de Pontevedra en las que, de la mano de jóvenes formados como capataces forestales y otras disciplinas relacionadas con el monte, se está consiguiendo crear empleo, algo importante para retener a las nuevas generaciones en comarcas hasta ahora despobladas. García pone como ejemplo una explotación de bosque de eucalipto, de unas 30 hectáreas, situada en Xuvia, Ferrol, situada en el entorno de la vieja fábrica textil. «Sólo con el rareo se han sacado 800 toneladas de madera, que se vendieron a más de 15.000 euros», añade.

El ejemplo

Las comunidades de montes del sur de Pontevedra están asesoradas también por la AFG y han decidido dedicar parte de los predios a la biomasa, a través de una mancomunidad de todas ellas. 52 comunidades se integraron en la mancomunidad que agrupa una superficie de 14.000 hectáreas, de las que se espera extraer un aproducción de 13.500 toneladas al año de este subproducto forestal. ¿Por qué no se ensayan en el entorno del Ortegal fórmulas parecidas? Son preguntas, responden en la AFG, que deben hacerse los propios comuneros tras debatir convenientemente las diferentes alternativas.