Vender ropa y relojes de marcas falsas puede no ser delito

Francisco Varela

FERROL

Una feriante de Santa Cecilia fue absuelta por el precio irrisorio y la burda falsificación con que se ofrecían los artículos

23 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El juez ha absuelto a un vendedor del feirón de Santa Cecilia, que fue denunciado por un supuesto delito contra la propiedad industrial, porque decenas de los artículos que ofrecía en su puesto de conocidísimas marcas, pero con etiquetas falsas. La razón no es otra que, explica la sentencia del Juzgado de lo Penal, el precio era tan bajo y la falsificación tan burda que nadie se podía creer que fuesen verdaderos.

Isabel Lozano, que así se llama la vendedora, había instalado su puesto el 7 de noviembre del 2004. Allí tenía camisetas con el logotio de Lacoste, perfumes de Dolce Gabana y Paco Rabanne, ropa interior Calvin Klein, o colonia Armani. Vamos, que en lugar de ser una humilde vendedora de un feirón parecía una tienda de alto standing de la calle Preciado de Madrid.

Es precisamente por eso. La sentencia dice que la gente adquiere estos artículos «sabedora de su falsedad y a unos precios bajísimos, a veces irrisorios, precisamente porque se trata de claras, y a veces burdas, imitaciones de los auténticos». Así, chaquetas y relojes cuyo precio real con la marca verdadera superan los 100 euros estaban a la venta por seis o diez euros. El consumidor, añade, «sabe que no ha adquirido un producto de esta marca». Es decir, no es un engaño. Cosa distinta es que estas prendas se vendiesen a precios parecidos a los reales en boutiques. Incluso muchos de los titulares de las marcas renunciaron a la indemnización que pudiera corresponderle.