El «carril sorpresa» de la N-651

Luís A. Núñez

FERROL

«Aquí hai accidentes cada dous por tres». Esto es lo primero en lo que piensan los vecinos de Rego da Moa al ver la carretera

10 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

«No es fácil pegársela aquí», puede pensar cualquier conductor que conozca bien la nacional 651, a su paso por el lugar fenés de Rego da Moa. Pero la realidad es bien distinta. Y las marcas de frenada y el estado de los pivotes de separación entre las direcciones de subida y de bajada del vial Ferrol-Betanzos atestiguan que el tramo en cuestión parece tener encima una especie de maldición.

Apenas han pasado dos días del último siniestro producido en este lugar. Un turismo que bajaba desde Laraxe se encontró con que había tomado la dirección incorrecta cuando colisionó contra una furgoneta de reparto que subía por el carril de adelantamiento. Por suerte, el encontronazo se saldó sólo con daños materiales en ambos vehículos, pero esta no era la primera vez que sucedía algo similar.

«Aquí hai accidentes cada dous por tres», explica una vecina de Rego da Moa desde su privilegiada atalaya frente a uno de los lugares más conflictivos de esta carretera nacional. «Había que amañalo», sentencia. Pero, como bien reconoce, «por sorte, aínda non morreu ninguén».

La estampa de ver los vehículos erráticos dando marcha atrás en una vía con el límite de velocidad a ochenta kilómetros por hora pone los pelos de punta a cualquiera, pero la escasa señalización y la proximidad del acceso a la autopista AP-9 provocan más de una confusión entre los conductores foráneos. Eso es lo que le pasó a la accidentada del pasado lunes, procedente de Guitiriz.

Y tampoco es cuestión de atribuir las culpas de cada siniestro a los propios conductores. Basta con recorrer una sola vez el tramo para darse cuenta de sus deficiencias. Primero, el vehículo de bajada se encuentra de lleno con una curva hacia la derecha en la que se divisa un precioso ciprés. Justo detrás de este árbol, ocho pivotes (los que han sobrevivido a las numerosas embestidas de los coches que tratan de corregir su trayectoria antes de que sea tarde) preceden a una pequeña señal que marca la dirección correcta sobre el inicio de una mediana de hormigón. Tras el árbol, un panel identificativo justo antes del acceso a la AP-9.

La solución es sencilla. Según fuentes de la Policía Local de Fene, encargada de tramitar los numerosos atestados que allí se registran, bastaría con prolongar la mediana unos metros más. Al menos, hasta sortear al completo la curva. También convendría, apuntan, mejorar la señalización. Pero claro, al otro lado está el hueso duro del Ministerio de Fomento, encargado del mantenimiento de la vía y propietario de su carril sorpresa.