«Hay que perder el miedo a montar un negocio propio»

B. Antón FERROL

FERROL

HUGO ARIAS

Entrevista | José María Vilaboy Lo que empezó como una afición se ha convertido en el medio de vida de este emprendedor; con ayudas europeas y buen ojo para los negocios ha puesto en marcha un criadero de roedores

16 abr 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

?osé María Vilaboy, un treintañero de As Pontes apasionado por la política y los animales, es uno de los emprendedores que se ha beneficiado de las ayudas del programa de desarrollo rural Leader Plus para poner en marcha su propio negocio. José María no tenía muy claro hacia cuál de sus dos vocaciones dirigir su vida profesional, pero al final los animales terminaron por imponerse a la política. Hace un año, con el apoyo de Euroeume, puso a funcionar un negocio de lo más peculiar en la parroquia pontesa de Aparral: una granja de ratones y cobayas. Los primeros se los compran para alimentar a serpientes y otros reptiles y los segundos los vende como animales de compañía. -Todo empezó como una afición; desde pequeño siempre me han gustado los bichos. Al principio criaba a los ratones en un garaje de mi madre, pero poco a poco los pedidos fueron aumentando y entonces fue cuando me planteé montar una nave para poder producir a mayor escala. -Y solicitó las ayudas del Leader Plus. -Así es. Necesitaba una inversión de 62.000 euros y, a través de Euroeume, conseguí una subvención de 17.000, que no está nada mal. Luego también me concedieron otra ayuda por ser autonómo y otra más por tratarse de una iniciativa local de empleo. Eso sí, la del Leader Plus fue la más ágil en cuanto a los pagos y en Euroume me dieron mucha información. -¿Se podría decir que esa ayuda fue clave para poner en marcha su negocio? -La verdad es que lo hubiera montado igualmente, aunque no me dieran la subvención del Leader, pero lo que sí es cierto es que una ayuda siempre supone un empujón. -Y ahora, ¿cómo le va? -La granja aún no está a pleno rendimiento, pero yo calculo que podré llegar a producir entre 4.000 y 5.000 ratones al mes, mientras que antes en ese mismo tiempo sólo criaba unos 400. Además, la mayoría zoos y particulares se ven obligados a exportar los ratones de Rumanía o de Chequia, porque en España esta actividad es casi inexistente, así que creo que habrá bastante mercado. -Y que le irá bien... -¡Ojalá! Desde luego eso es lo que espero. -¿Animaría a otros jóvenes a hacer lo mismo, a arriesgar para conseguir su propio puesto de trabajo? -Por supuesto. Es extraño, porque los gallegos siempre fueron emigrantes y allí donde estuvieron crearon sus negocios, pero luego aquí parece que hay como un cierto temor a arriesgar. Hay que perderle el miedo a montar un negocio propio. Y sobre todo, yo apostaría por hacerlo en el campo, que está muy abandonado, pese a que tiene un gran potencial. Tenemos un entorno magnífico, agua y un clima suave. La zona rural ofrece muchas posibilidades laborales. Tal vez no sean trabajos para hacerse rico, pero sí para vivir holgadamente y tener un sueldo digno.