La Zona Marítima del Cantábrico escribe su última página en la historia de la Armada

FERROL

El edificio de la antigua Capitanía General sirve hoy de escenario al acto de entrega de la bandera al Museo Naval La división en regiones navales surgió en 1726 a raíz de una orden del rey Felipe V

07 jul 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

?erá en el palacio de la antigua Capitanía General, en el edificio que guarda en su interior, además de tantos recuerdos, tesoros como su legendario Salón del Trono. Allí, el almirante Francisco Cañete Muñoz hará entrega a los representantes del Museo Naval de la Armada de la bandera de la Zona Marítima del Cantábrico; de la insignia de una institución -y de una estructura de mando, y de una demarcación de la costa...- que si en lo administrativo ha desaparecido ya con la reordenación de los recursos de las Fuerzas Armadas, hoy pasa definitivamente a la historia con una ceremonia cuya dimensión es, ante todo, simbólica. El viejo Departamento Marímo, que tuvo su origen en el decreto con el que Felipe V mandaba en 1726 dividir el litoral en tres jurisdicciones militares, ya es parte del pasado. Reordenación El cambio que ahora culmina tiene su origen en el conjunto de medidas adoptadas por el Consejo de Ministros del 6 de septiembre del 2002 para modernizar la Administración castrense. Hasta entonces, un almirante coordinaba, desde Ferrol, tanto la logística de la Armada como la «fuerza naval» en el tramo comprendido entre la desembocadura del río Miño y la del Bidasoa. Previamente había desaparecido ya la figura del capitán general del departamento, cargo que concluyó con el mandato del almirante Fernando Martín Ivorra. La nueva estructura tiene un carácter completamente diferente. Ahora, desaparecido ya el concepto territorial del mando, la cúpula de la Armada española la ocupa un almirante jefe de Estado Mayor, directamente auxiliado por los tres almirantes responsables -respectivamente- de la Flota, del área de Personal y del Apoyo Logístico. Y en el caso de Ferrol, la máxima autoridad es el almirante del Arsenal, que a sus competencias directas sobre todo cuanto atañe a las instalaciones de la base naval, une las funciones de representante institucional de la Marina. Las embarcaciones menores , tanto las que tienen su base en el Mediterráneo como las del Cantábrico y del Atlántico, dependerán del almirante de Acción Marítima, que ejercerá su labor desde Cartagena.