7. ¿Calentar o deshumidificar?
Los climas húmedos, como el gallego, exigen pararse a pensar en esta pregunta. La sensación de frío, tanto en casa como en el exterior, no se corresponde necesariamente con los grados de temperatura que marca el termómetro, por eso en ocasiones -por ejemplo los días muy húmedos, pero no demasiado fríos- con bajar el nivel de humedad de una vivienda es suficiente para lograr una sensación térmica confortable sin necesidad de encender la calefacción.
8. Standby: un consumo que se dispara
Es un consejo básico que se repite una y otra vez cuando hablamos de ahorro de energía y, aun así, dejar en standby aparatos como la televisión o el ordenador es una costumbre muy extendida. El gasto además ha ido aumentando a medida que hemos incorporando artilugios a nuestra vida y la lista de dispositivos que permanecen en espera no ha hecho más que incrementarse: reproductores de DVD, decodificadores, teléfonos inalámbricos, equipos de música, routers, impresoras, altavoces de ordenador, máquinas de café... Lo que antes podía suponer un gasto anual de unos cuantos euros, ahora puede haberse incrementado en un hogar medio a, al menos, varias decenas. Para hacer un cálculo aproximado, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) dispone en su página web de una calculadora en la que se detalla el tipo de consumo de cada aparato que mantenemos en modo de espera, el gasto que genera al año y el CO2 que se produce con el uso del standby.