Mar de Fábula o el arte de la conciencia ambiental

Juan V. Lado

FAI GALICIA VERDE

BASILIO BELLO

La creatividad que da eco al grito de auxilio de los océanos

28 sep 2018 . Actualizado a las 11:38 h.

De limpiar playas en Camelle (Camariñas), el corazón de la Costa da Morte, a ser escuchados por la Organización Marítima Internacional de la ONU (IMO, por sus siglas en inglés). Ese es el espectacular recorrido realizado por al organización ecologista Mar de Fábula en apenas cuatro años; desde que nació a principios del 2014 hasta que en enero de este año su principal impulsor, Xosé Manuel Barros, fue invitado a participar en una reunión de trabajo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), interesada en sus posicionamientos respecto a la necesidad de endurecer la legislación marítima internacional en lo relativo a los vertidos de los cruceros.

Mar de Fábula es ya mucho más que Barros, pero su figura y su propia vida a caballo entre A Coruña y la Costa da Morte, le imprime carácter e impulso a la entidad. Este consignatario marítimo jubilado -de ahí de su profesión viene mucho del conocimiento del tráfico marítimo- buscó junto a su esposa, María Xosé López, refugio en Camelle, donde la casa familiar y el taller contiguo es todo un museo a medio camino entre lo artístico y lo reivindicativo. Sus «criaturas caóticas», que es como denomina las creaciones realizadas con los restos plásticos que devuelve el mar le han servido para ganar visibilidad, incluso en las televisiones de ámbito estatal. Sin embargo, más que una finalidad promocional o comercial, el objetivo es la concienciación y, en último término, conseguir para Mar de Fábula unas instalaciones que les permitan a los socios y los voluntarios que se van adhiriendo de manera puntual la clasificación y reutilización de estos desechos plásticos.

«Veñen do petróleo, teñen carbono, así que están conectadas cos humanos. Son fillas da caos e na miña figuración saen del para invadir a terra», relata Barros sobre sus arañas, libélulas, peces,... todo tipo de criaturas que funcionan algo así como un grito desgarrado de los océanos que claman contra su destrucción.

Limpiezas

Ahora bien, la parte artística es solo una vertiente, y además, muy personal de lo que hace Mar de Fábula. A lo largo de estos cuatro años de vida son ya decenas las actividades de limpieza llevadas a cabo, sobre todo por el litoral de la Costa da Morte, pero también por el de Arteixo o A Coruña. Incluso han conseguido puntualmente el patrocinio de alguna empresa deportiva o, lo que es más importante, colaboraciones con sectores productivos locales, por lo que eso implica en cuanto a concienciación. Destacan especialmente las labores llevadas a cabo de manera conjunta con las mariscadoras de Camariñas, con las que han limpiado, por ejemplo, el rico banco marisquero de A Basa.

Dentro de esta parte de su actividad, hay dos escenarios recurrentes: la importante presencia de niños en las actividades, porque cada vez hay más activistas convencidos de que la solución de los problemas ambientales pasa ya fundamentalmente por las nuevas generaciones, y la guerra determinados productos desechables, como los bastoncillos de limpieza de los oídos, que en ocasiones llegan a contabilizarlos para transmitir la magnitud del problema.

Divulgación

La otra pata fundamental del trabajo de Mar de Fábula tiene que ver con el activismo y la divulgación ambiental, fundamentalmente a través de la presencia en distintos foros o los artículos de Xosé Manuel Barros, colaborador habitual de La Voz de Galicia. En sus escritos destaca, por ejemplo, la lucha para que se modifique el convenio Marpol, en lo relativo a la vertidos al mar desde los cruceros. «O convenio Marpol autoriza de maneira legal a esas cidades flotantes a descargar as súas augas residuais sen tratar directamente no mar, sempre que o fagan máis aló de 12 millas da costa», denuncia Barros, que incluso ha estado en contacto recientemente con algunas de las navieras de este sector más grandes del mundo para explicarle sus posicionamientos.

En definitiva, Mar de Fábula tiene por delante una tarea hercúlea como es concienciar sobre el impacto de los residuos plásticos en el mar, pero también una energía y una creatividad a la hora de hacer llegar sus iniciativas que atraviesa océanos.