Siete ideas para enseñar a los niños a reciclar y cuidar el medio ambiente

FAI GALICIA VERDE

Jornada de limpieza en las playas de A Ermida, Osmo y A Arnela, con la asociación de vecinos
Jornada de limpieza en las playas de A Ermida, Osmo y A Arnela, con la asociación de vecinos Ana Garcia

Manualidades, libros, series o juegos interactivos son algunos de los recursos de los que disponen las familias para fomentar los valores del ecologismo entre los más pequeños

19 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni propiedades inmobiliarias, ni metales preciosos, ni criptomonedas. Cuando se trata de medio ambiente, la inversión más rentable a corto, medio y largo plazo se llama infancia. Enseñar a un niño a reciclar e inculcarle el respeto por la naturaleza y por su entorno es una apuesta con ganancias aseguradas y efecto multiplicador: no hay mejor estímulo que un pequeño concienciado y entusiasta para que toda una familia se ponga las pilas y comience a tomarse en serio las cuestiones medioambientales. Los colegios son, sin duda, un escenario ideal para la educación medioambiental -muestra de ellos es Voz Natura, el veterano programa medioambiental de La Voz en el que  han participado hasta ahora 700.000 estudiantes-, pero inculcar o reforzar los valores de la ecología en el hogar es una garantía de que los niños se convertirán en jóvenes y adultos responsables con el planeta en el que viven. Las herramientas son innumerables y solo dependen de la imaginación y las dotes pedagógicas de padres y educadores.

Estas son solo algunas de ellas para ponerse manos a la obra en familia:

1.Dibujos para distinguir contenedores y residuos

Xoán A. Soler

Dibujar, pintar y recortar, las actividades más repetidas por los niños en sus primeros años, pueden ser grandes aliadas para exponerles las reglas básicas del reciclaje. Tal como sugieren algunas páginas medioambientales, es muy eficaz animarlos a dibujar los distintos contenedores para la separación de residuos, colorearlos con el mismo código que utilizan los que encontrará en la calle y, una vez recortados, pegarlos en la cocina sobre los cubos correspondientes a cada residuo. Siguiendo la misma técnica, el pequeño tendrá muy claro qué va a cada contenedor si dibuja, pinta y recorta los residuos más habituales y los pega igualmente junto al contenedor correspondiente. Así no tendrá dudas a la hora de llevar a la basura el vasito del yogur, el corazón de una manzana o el frasco de cristal de la mermelada. Y los mayores, tampoco. 

2. Convertir los residuos en juegos

Otra pata básica de la conciencia medioambiental que debería inculcarse a los niños y que choca frontalmente con esa tendencia a ofrecerles de todo -y todo nuevo- es la reutilización y el upcycling, ese reciclaje elevado al cuadrado que permite transformar objetos desfasados o aparentemente inservibles en nuevos productos, en ocasiones con más valor. Aplicar esta técnica con los niños es tan fácil como reunir varias botellas de plástico usadas del mismo tamaño, convertir el papel de aluminio del bocadillo en una bola y jugar en una partida de bolos en el pasillo de casa o en una esquina del salón. Los tutoriales en la red son innumerables, como también los que explican cómo convertir un calcetín viejo en una marioneta o transformar un bote de champú en un lapicero

El Rinconeco

3. Paseos por la playa para dejarla un poco más limpia

Una actividad que algunos colegios organizan con cierta frecuencia dentro de su programa de educación medioambiental son las limpiezas de playa, un plan que cualquier familia puede improvisar un fin de semana de buen tiempo, sobre todo fuera de la época estival. Disfrutar de la playa cuando está vacía es un privilegio para cualquier paseante y contribuir a acabar con la fea estampa de las botellas de plástico mezclándose con las algas en la orilla puede convertirse en una actividad muy enriquecedora: los niños se darán cuenta de que los plásticos son un problema muy grave para los ecosistemas marinos y se sentirán importantes por contribuir de forma activa a la solución. Y es fundamental que lo hagan porque, si se cumplen las previsiones expuestas en el Foro de Davos hace dos años, en el 2050 habrá más plásticos en el mar que peces. Seguramente cuando caminen por el monte y vean una lata en el suelo, cuando se encuentren con un envoltorio de plástico tirado en la calle o cuando en el aula se caiga un papel al suelo también recordarán la lección aprendida sobre la arena. 

4. Premiar el reciclaje: tapones, pilas, papeles usados...

Poner objetivos y premiar su cumplimiento es otra manera estimulante de fomentar los hábitos medioambientalmente responsables entre los más jóvenes. Si perciben el reciclaje como una competición saludable, recoger tapones, tirar los papeles usados en el depósito correspondiente  o acumular las pilas en un bote para llevarlas al contenedor específico será un juego divertido y motivador. Para premiarles no hará falta en muchos casos utilizar siquiera algo material. A algunos niños les bastará con darles puntos, por ejemplo, en función de los objetivos que vayan cumpliendo, inventarse un carné de reciclaje donde anotar sus logros o explicarles qué han conseguido con cada acción de reciclaje. Ecoembes, que se encarga del reciclaje de envases en España, dispone de cuadros de equivalencia sencillos que muestran muy claramente estas transformaciones, como la que supone convertir cuatro cajas de cereales reciclados en un libro

5. Juegos interactivos y dibujos animados

Jugar en la tableta o ver un capítulo de animación son planes a los que pocos niños pondrán pegas, así que basta con buscar los recursos adecuados para fomentar su sensibilidad medioambiental. Hay muchas entidades públicas y privadas que ofrecen a través de sus páginas web actividades interactivas diseñadas específicamente para niños, como la Fundación Biodiversidad, que, entre otros, dispone del Juego del Reciclaje y el dedicado a las especies en riesgo de extinción; el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación; o la Sociedad Española de Ornitología (SEO BirdLife), que ofrece en su web El juego de las Aves. En la Red también existen muchos recursos audiovisuales para niños en los que se trabajan valores relacionados con el medio ambiente, como la serie Pispas, pensada para niños de 1 a 6 años. 

6. Lecturas sobre medio ambiente

Otra gran oportunidad para trasladar mensajes sobre ecologismo, sostenibilidad y respeto por el medio ambiente son los cuentos y los libros ilustrados, donde cada vez es más común encontrar recursos adecuados para todas las edades. Títulos como Capitán Verdemán: superhéroe del reciclaje, de Ellie Bethel y Alexandra Colombo; Cuida tu planeta, de Lauren Child (con versión audiovisual disponible en Youtube); multipremiados como No es una caja, de la gallega Kalandraka; y otros que nos hablan de planetas en peligro que tienen mucho que ver con el nuestro, como Los Gulinos, de Luis Amavisca y Noemí Villamuza, publicado por la editorial NubeOcho (está disponible también en inglés), son solo algunos de los libros que ayudarán a los niños a abonar su conciencia medioambiental. 

7. Aprender a donar o reutilizar juguetes, ropa y libros

Una de las asignaturas pendientes para mayores y niños que cada vez resulta más apremiante superar es la erre que acompaña a reciclar y reutilizar: reducir. Reducir es un verbo con enorme potencial en materia de medio ambiente y que tiene que ver, entre otras cosas, con valorar los recursos de los que disponemos y tratar de sacar el máximo partido a los objetos y los productos antes de desecharlos. Por eso es importante fomentar entre los más pequeños una conciencia crítica con respecto a la cultura del usar y tirar, ya se trate de una bolsa de plástico, de un juguete que ya no divierte o de una prenda de ropa que se queda pequeña. Inculcarles la importancia de cuidar y valorar las cosas y hacerlos partícipes de la donación de los objetos usados a otros niños que van a aprovecharlos es una gran lección de solidaridad, sostenibilidad y generosidad que les ayudará a contribuir de forma natural a una sociedad más justa. En la mayor parte de las localidades existen entidades públicas o privadas a través de las cuales se pueden canalizar estas donaciones.