Diabólicos dibujos animados

Carlos Pereiro

EXTRAVOZ RED

Aun habiendo sido creado por un estudio indie, «Cuphead» se ha posicionado como uno de los mejores juegos del año debido a su divertidísima mecánica de juego, su increíble apartado gráfico y su jazzística banda sonora. El Diablo pide almas, y el jugador deberá cosecharlas.

02 jul 2018 . Actualizado a las 20:51 h.

El título de StudioMDHR es, sin ningún tipo de discusión, una de las joyas del 2017. Bajo un apartado gráfico sublime por su originalidad y detalle, se asoma un brutal shoot ‘em up que consigue llevar al jugador al borde del infarto por su endiablada curva de dificultad. Tanto es así que ha sido comparado por la comunidad con la saga Souls. Saltar, esquivar, agacharse, correr, volver a saltar, volver a esquivar… todo ello, disparando. Bienvenidos a Cuphead.

Hace tres años, durante el E3 del 2014, el público se quedó mudo. ¿Un juego de estética cartoon, con dibujos animados al estilo años 30, con una banda sonora original de jazz y una absurda cantidad de acción por segundo? Fue lo que se vio, lo que se esperaba y lo que finalmente vio la luz; algo meritorio teniendo en cuenta la capacidad de la industria del videojuego a la hora de alimentar las expectativas y luego desinflarse en la tienda.

El título posee una buena cantidad de fases en 2D, que el jugador ha de ir superando para poder ir avanzando en la historia. Primera sorpresa: las fases de correr y avanzar son las de menor número. El juego de StudioMDHR se centra en los combates contra jefes. Cada uno con habilidades y comportamientos únicos, y con un diseño absolutamente esperpéntico. La misión es ir recolectando sus almas para entregárselas al mismísimo Diablo, con el que el protagonista de la historia ha contraído cierta deuda. Vaya, que el jugador se convierte en una especie de matón a sueldo. Cierto es que solo es una excusa narrativa, pero se agradece la originalidad con la que es contada la historia a través de divertidas viñetas.

Ante todo mucha calma. Pasarse un jefe a la primera roza lo imposible. El jugador tendrá que aprenderse los patrones, medir cada movimiento al milímetro. Solo así podrá superar tales encontronazos de proporciones épicas entre dibujos animados. El personaje principal evoluciona. Compra habilidades, aprende u obtiene otras, aumenta su resistencia… Cuphead es extremadamente sencillo en su jugabilidad, pero absolutamente exigente con las acciones a desarrollar. Serio aspirante a indie del año.