Mercedes EQE: sinfonía eléctrica

Por Javier Armesto

MOTOR ON

Senén Rouco / Javier Armesto

Mercedes ha ido construyendo su gama de eléctricos con modelos SUV, reservando la carrocería berlina para sus versiones más lujosas. Son el EQS y el hermano menor de este, el EQE, que es un coche más lógico y del que podemos afirmar que es el mejor eléctrico que hemos probado hasta la fecha. Por prestaciones, comportamiento, confort y equipamiento tecnológico está un peldaño por delante de sus rivales.

20 nov 2022 . Actualizado a las 10:27 h.

El Mercedes EQE mide 4,95 metros, un centímetro más que el Serie E con motor de combustión. Tiene un diseño exterior muy elegante, con una línea que fluye suavemente hacia atrás y que termina en unos pilotos unidos por una tira led. Nada entorpece la aerodinámica, no hay aleta de tiburón y donde tradicionalmente se sitúa la parrilla hay una superficie completamente cerrada. Los tiradores enrasados en la carrocería se iluminan al desplegarse y llama la atención una pequeña compuerta en la aleta delantera izquierda: sirve para rellenar el depósito del líquido limpiaparabrisas, porque en Mercedes quieren que solo sus técnicos puedan abrir el capó.

El interior cuenta con el refinamiento y la calidad de acabados propia de Mercedes, con un habitáculo envolvente tapizado con diferentes materiales: cuero gris, madera de tilo, microfibra y molduras de aluminio. El salpicadero puede tener dos configuraciones: la estándar cuenta con dos pantallas de 12,8 pulgadas, una para el cuadro de instrumentos y otra táctil en el centro que sirve para manejar el sistema de infoentretenimiento y la configuración del vehículo. Debajo de esta hay una fina tira de botones que dan acceso directo a los modos de conducción, la cámara de párking, el menú del sistema de carga o en control de sonido. Opcionalmente podemos pedir el sistema MBUX, que añade una tercera pantalla frente al copiloto, desde la cual puede controlar numerosas funciones.

Entrar en el EQE obliga a agacharse un poco y es que el techo del coche está a solo 1,51 metros. El próximo año llegará una versión con carrocería SUV con 17 centímetros más de altura. Los asientos son muy cómodos y cuentan con numerosas regulaciones eléctricas, incluyendo del reposacabezas y la banqueta extensible. Sujetan muy bien lateralmente y disponen de calefacción. La visibilidad trasera está un poco limitada por la poca inclinación de la luneta y también entorpecen un poco la visión delantera los gruesos montantes laterales.

El espacio para las plazas traseras es enorme, casi tan grande como el de un Mercedes EQS, que mide 25 centímetros más de largo. Los pasajeros cuentan con controles táctiles para la climatización, aunque están ubicados en una posición muy baja; hubiera sido más práctico situarlos en el reposabrazos central.

El maletero tiene 430 litros y un pequeño hueco donde se aloja el kit antipinchazos y el gancho de remolque, mientras que el cable de carga cuenta con una funda específica para guardarlo. Para conseguir más espacio de equipaje podemos abatir los respaldos traseros.

De 0 a 100 en 6,4 segundos

Hemos conducido el Mercedes EQE 350+ que tiene una potencia equivalente a 292 caballos y acelera de 0 a 100 en 6,4 segundos. Es una cifra impresionante si se tiene en cuenta que este coche pesa 2.355 kilos, pero lo más sorprendente es que parece como si tuviera 700 kilos menos: desde el primer momento en que pisamos el acelerador se nota muy ligero y eso se va a traducir en una gran agilidad y en un comportamiento dinámico excelente.

Es un tracción trasera, así que cuando pisamos a fondo en modo Sport notamos cómo nos propulsa hacia delante acompañado de un sonido artificial muy adictivo, como si fuera una nave espacial y acabáramos de pulsar el botón del hiperespacio. Hay un modo individual en el que podemos configurar a medida el funcionamiento del motor, el ajuste de la suspensión, la asistencia de la dirección, el control de estabilidad y el sonido.

La suspensión es tremendamente efectiva y filtra las irregularidades como pocos coches. La estabilidad en curva es intachable, con una pisada muy noble y sin apenas inercias: en este aspecto es muy superior al Mercedes EQS, que acusa su mayor peso y longitud. Si a todo ello unimos una insonorización elevada, el confort de marcha es sobresaliente.

La batería de 90,6 kWh ofrece una autonomía máxima oficial de 631 kilómetros, aunque en condiciones normales son alrededor de 550. El consumo medio es de 22 kWh y solo en vías rápidas, circulando a 120, puede aumentar a 29 kWh. Nosotros hemos podido conducir toda la semana con una sola carga, con desplazamientos interurbanos, por carretera y autopista y sin hacer una conducción especialmente ahorrativa. Ayuda bastante el sistema de recuperación de energía, regulable mediante unas levas detrás del volante. Puede cargar a un máximo de 170 kW, con lo que pasaría del 0 al 80 % en solo 32 minutos. 

Nuestra unidad de prueba contaba con llantas de 19 pulgadas con cinco radios y unas molduras desmontables que mejoran la aerodinámica. También incluía el sistema opcional de faros Digital Light, que añade tres ledes de alta potencia a la matriz de diodos que se encienden y apagan individualmente; la suspensión opcional Airmatic, con muelles neumáticos y amortiguadores controlados electrónicamente; y un equipo de audio premium Burmester con sonido envolvente.

El EQE dispone de soluciones tecnológicas poco habituales, como una vista de semáforo que muestra una imagen de vídeo del mismo para verlo bien cuando estamos justo debajo; una función que guarda fotos del entorno del vehículo cuando detecta una colisión; y otra que recuerda dónde se ha elevado la altura de la suspensión mediante GPS para hacerlo automáticamente la próxima vez que pasemos por el mismo punto.

Pero si hay algo que sobresale especialmente es el sistema de crucero adaptativo con mantenimiento de carril. Hace lo mismo que otros coches, pero no de la misma forma: su funcionamiento es soberbio, con una suavidad extraordinaria y una capacidad para “leer” las líneas de la carretera con una precisión total, incluso de noche. La conducción semiautónoma de nivel 2 ofrece una seguridad increíble y solo las actuales lagunas legales impiden que podamos hacer viajes largos sin tener que poner las manos en el volante.

El Mercedes EQE está disponible desde 75.000 euros en su versión de 245 caballos, que tiene la misma autonomía que el modelo que hemos probado pero es casi un segundo más lento acelerando. El EQE 350+ solo cuesta 1.000 euros más, aunque es fácil superar ampliamente esa cifra con los diferentes extras y paquetes opcionales: esta unidad, por ejemplo, alcanza los 100.000 euros. Por encima de ambos hay dos versiones deportivas AMG, una de 476 caballos y otra que puede tener 625 o 687 caballos en función de si lleva el paquete AMG Dynamic Plus. La autonomía es de unos 530 kilómetros y el más potente acelera de 0 a 100 en 3,3 segundos, aunque solo si la autonomía supera el 70 %. En los eléctricos, la batería es la que manda.