Hyundai Tucson híbrido: ágil, capaz y muy eficiente

MOTOR ON

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El Hyundai Tucson híbrido puede albergar en sus 4,5 metros a una familia de cinco miembros con todo su equipaje, gracias a una habitabilidad y un maletero muy amplios. Su motor de 230 CV lo mueve con soltura y funciona con una gran suavidad.

14 ago 2022 . Actualizado a las 18:34 h.

En ON ya hemos hablado de las ventajas de los híbridos tradicionales (no enchufables), que se acentúan en estos tiempos de incertidumbre sobre qué automóvil comprar: pueden circular en modo cien por cien eléctrico en pequeños tramos, al iniciar la marcha, saliendo de semáforos o en garajes y aparcamientos, lo que hace que tengan un consumo muy reducido en ciudad; y al mismo tiempo, al llevar una batería de iones de litio de menor capacidad —y por tanto mucho más ligera—, también son más eficientes en carretera o autopista.

El Hyundai Tucson, renovado el año pasado, tiene precisamente una versión híbrida (además de motorizaciones de gasolina, diésel, mild hybrid de 48 V y PHEV con hasta 62 kilómetros de autonomía) que hemos tenido la ocasión de probar. Se trata de una mecánica compuesta por un motor de gasolina de cuatro cilindros y 1.598 cc, con bloque y culata de aluminio, y otro eléctrico de 44,2 kW. Juntos dan una potencia total de 230 caballos y propulsan este SUV de 0 a 100 km/h en solo 8 segundos. La tracción es delantera y la transmisión se encomienda a una caja automática de seis velocidades con saltos prácticamente imperceptibles.

Precisamente, la suavidad del cambio y la finura de su motor, en la mejor tradición de los tetracilíndricos procedentes de extremo Oriente, nos han llamado la atención. El sonido, el confort de marcha y el tacto de conducción son detalles que suponen una importante evolución respecto a anteriores versiones del Tucson. La suspensión amortigua bien las irregularidades, pero el tarado tiene la suficiente firmeza como para que no haya botes excesivos y la carrocería no experimente molestos balanceos. Hace buena la catalogación del modelo como SUV (siglas en inglés de vehículo utilitario deportivo), porque permite una conducción ágil y alegre, a la vez que cuenta con una capacidad sobresaliente. La altura libre al suelo es de 17 centímetros, así que ya podemos imaginarnos que sus aptitudes son más de asfalto que de todoterreno.

En cuestión de diseño, el salto dado por este Tucson es espectacular, en la línea de todo lo que lleva haciendo el grupo Hyundai-Kia en los últimos años. Llama la atención se mire por donde se mire, empezando por un frontal con unos grupos de luces de día led que se mimetizan con la parrilla y consiguen un efecto sorprendente. Lateralmente destacan los pliegues radicales de la carrocería y una línea inferior de las ventanillas que se eleva en el tercer pilar, contribuyendo a esa imagen deportiva. Los pilotos traseros, unidos por una tira a lo largo del todo el portón, y la doble salida de escape asimétrica ponen la guinda definitiva.

Por dentro se ha conseguido una mayor pureza de líneas, con un salpicadero muy limpio, enmarcado por unas molduras que integran las salidas de aire y que continúan por las puertas. Una pantalla táctil de 8 pulgadas y formato panorámico y un cuadro de instrumentos digital, que admite varios temas diferentes, ponen toda la información al alcance del conductor. En la consola central, un mando permite seleccionar dos modos de marcha, Eco y Sport, y lo único reprochable es haber optado por un sistema de botones —en vez de una rueda o una palanca— para los modos de marcha atrás o parada.

Los asientos son amplios, los de atrás pueden regular la inclinación del respaldo y la capacidad del maletero es sencillamente sobresaliente: 616 litros. Un gran SUV híbrido.

La finura del motor y la suavidad del cambio de marchas hacen que el confort de marcha sea muy elevado