Siguiente objetivo, coche autónomo

MOTOR ON

MERCEDES

23 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El mes pasado tuve la ocasión de probar un coche de gran tamaño, con el que pude entrar en un garaje, con pasillos muy estrechos y con perversas columnas que me acechaban, bajando así hasta tres plantas y en el que conseguí que, con solo pulsar un botón, el coche saliese marcha atrás por sí mismo y exactamente por el mismo sitio por el que entró. Cuando digo por sí mismo me refiero a que no tuve que tocar el volante en los casi cien metros de maniobra. Eso sí, tengo que reconocer que me costó mucho el acto de fe de comprobar que no íbamos a acabar empotrados en ninguna columna o contra el capó de los doscientos coches que allí había aparcados.

Anteriormente ya había experimentado parecidas sensaciones de dejar que el coche arrancase y parase solo en una interminable caravana a la entrada de Madrid por la A6, durante quince kilómetros, sin tocar volante, acelerador o freno, por supuesto.

Es el coche autónomo que ya ha llegado, aunque con limitaciones de reglamentación que de momento no dejan desarrollar todas las capacidades que tiene ya en la actualidad.

Tras haber conseguido que los europeos nos electrifiquemos a marchas forzadas, asumiendo como buenos los coches híbridos enchufables o eléctricos puros, el siguiente reto que desarrolla la industria del automóvil es el del coche autónomo, esa utopía que nos dice que cualquier día de estos un paisano de Carral, de O Carballiño, de Vilalba o Ponteareas podrá salir de casa con su coche, poner en el navegador del mismo como destino Madrid o Segovia, la puerta de Alcalá o el acueducto, e inmediatamente dejarse llevar por el sistema de su coche autónomo sin tocar para nada el volante ni manejar ningún pedal. Solo indicando, por voz, eso sí, qué emisora quiere escuchar o si quiere hacerlo a 20 o a 22 grados de temperatura.

No está tan lejos el día, no se vayan a creer, y tampoco está tan lejos el lugar donde se está creando esta tecnología, que además de Múnich, Tokio, Seúl o California también se experimenta en O Porriño, donde un montón de cualificados ingenieros del CTAG (Centro Tecnológico de Automoción de Galicia) trabajan en ello con notables resultados. Acuérdense que hace ya algunos años un coche salió de aquellas instalaciones y fue capaz de circular por tráfico abierto hasta Madrid sin que sus ocupantes se tuviesen que preocupar de manejar el volante o los pedales del mismo.

El coche autónomo está ahí, como ya lo está el coche eléctrico, pero pasará por los mismos problemas. Los de una Administración, en el caso de España varias, que, si no han sido capaces de colocar ya las electrolineras necesarias para que circulen los coches eléctricos a discreción, difícilmente serán capaces de aprobar un reglamento de circulación que capacite a los coches autónomos a transitar libremente.

Ahora mismo todos los fabricantes están implementando en sus nuevos vehículos tecnología de coche autónomo. Es la que hace que los coches modernos frenen solos, giren el volante o se pongan a la velocidad de los otros vehículos que circulan por su vía, sin que el conductor tenga que intervenir. Sí, el coche autónomo ya está aquí, pero las administraciones que tienen que ponerle semáforo en verde, ni están ni se les espera.