Los galones de Fernando Alonso

MOTOR ON

AFP7 vía Europa Press

15 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Confieso que, por primera vez en los últimos años, esta temporada me está gustando la Fórmula 1. Y la mayor parte de culpa de esto la tiene un tal Fernando Alonso que, sin disponer de la mejor mecánica, nos está brindando momentos gloriosos, e incluso divertidos, como en el último Gran Premio en Hungaroring cuando, cual ratón acechado por el gato Hamilton, que venía por detrás como una exhalación con la intención de llevarse la carrera, supo jugar con un rival al que desquició durante diez vueltas, incapaz de pasarle por ningún sitio. Una pelea en pista entre Hamilton y Alonso vale por toda una temporada de F1 monótona y previsible como las que hemos vivido en los últimos años.

En España somos muy de criticar a los nuestros y ensalzar a los de fuera. A Alonso se le han colgado muchos sambenitos. Como el de ser egoísta y no trabajar en equipo. Que se lo pregunten a Esteban Ocon, ganador en Hungría gracias al tapón del ratón Alonso al gato Hamilton. Que se lo pregunten a Davide Brivio, el capo de Alpine que a estas alturas ya sabe que tener a Fernando Alonso en el box es como tener un faro que alumbra y guía en el camino de ser mejores.

Otros le critican por tener «solo» dos títulos mundiales. Como si eso fuera poco. A esos no les voy a explicar quién es Stirling Moss, el piloto más grande de todos los tiempos, de los que no poseen ningún título de F1. A Moss solo le faltó nacer en otra época que no fuera la década mágica de Juan Manuel Fangio. No es fácil ganar un título, ni siquiera siendo el mejor piloto. Que se lo digan a Sebastian Vettel, que tiene cuatro con aquel Red Bull que volaba por encima de todos sus rivales. Él sabe bien lo que vale un buen coche. Pregúntenle a Lewis Hamilton con qué ratón no quiere encontrarse cuando ejerce de gato.

Al margen de sus dos títulos, que pueden parecer pocos para entrar en el Olimpo de la Fórmula 1, Fernando Alonso ha sabido ganarse ya los galones en esta categoría donde los jóvenes pretenciosos y a veces sin talento miran por encima del hombro a un piloto de cuarenta años. Se ha ganado los galones sacándole el máximo rendimiento a un coche que iba para estar de mitad de la parrilla para atrás y que acaba de ganar en Hungría. Con un equipo que se ha visto motivado con la llegada de un piloto que no admite excusas y que siempre pelea por estar más arriba.

A Fernando le ha venido muy bien pasar esos años por la resistencia, por el Dakar, por Indianápolis, unas carreras que aportan sabiduría a los pilotos. Qué bien le vendrían a muchos de esos jovencitos que ahora campan por la Fórmula 1 y que miran al «viejo» por encima del hombro, pero que nunca le llegarán ni a la sombra de sus zapatos. Los que juegan de verdad a esto de la Fórmula 1, que al final son Hamilton y Verstappen, respiran aliviados porque Fernando lleve un Alpine. Veremos para el próximo año, que los dados pueden cambiar la suerte.

Me gusta Fernando como piloto, como me gustó Carlos Sáinz (padre) en su día, a pesar de que solo tenga, también fíjense, dos mundiales de ralis. Los dos son pilotos con galones. Ojalá muy pronto Carlos Sainz Júnior se ponga en la solapa esos mismos galones. Ojalá Fernando tenga su última oportunidad en un Gran Premio para cerrar el círculo de su historia.