Bruno Sacco: haciendo brillar una estrella

Ignacio Ferreiro González

MOTOR ON

Reconocido como uno de los diseñadores más influyentes de finales del siglo XX, Bruno Sacco se incorporaba en 1958 a Mercedes Benz, para la que trabajaría durante 40 años, y en la que fue responsable de sus modelos durante las décadas de los 80 y 90.

19 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En 1969 Mercedes Benz hacía alarde de su capacidad tecnológica con un vehículo experimental de motor central destinado a batir records de velocidad en circuito. Equipaba el motor rotativo diseñado por Felix Wankel que había venido desarrollándose, y creando expectación, durante las décadas anteriores y que en aquellos años comenzaba a emplearse en modelos comerciales de automóviles y motocicletas distintos fabricantes.

Aunque no se trataba de un único modelo, sino de una serie que se sometería a una continua evolución hasta 1979, recibiría la denominación genérica de Mercedes C-111, y se conocería popularmente como Mercedes Wankel, en honor a aquel motor rotativo, aunque las últimas versiones, las que lograrían superar los 400 km/h, contasen con un motor V8 turbo diesel.

Pero el C-111 no solo llamaba la atención por sus cualidades mecánicas; lo hacía también por su poderosa imagen -una compacta carrocería de fibra de vidrio que incorporaba las puertas en alas de gaviota heredadas del legendario 300SL y faros escamoteables-, resultado del trabajo de un joven diseñador italiano que desde 1958 venía prestando sus servicios al fabricante alemán: Bruno Sacco.

Nacido en 1933 en Udine, una pequeña ciudad del Noreste de Italia, Sacco se desplazaría a Turín para cursar estudios de ingeniería mecánica en el Instituto Politécnico de aquella ciudad, donde un encuentro inesperado iba a marcar su futuro: el Studebaker Starlight Coupé diseñado por Raymond Loewy que se presentaba en el Salón del Automovil de 1951 le causaba tanta impresión como para decidirle a dedicarse al diseño de automóviles. Antes de terminar sus estudios comenzaba ya a colaborar con carroceros como Pininfarina y Ghía, donde tendría la oportunidad de trabajar con Giovanni Savonuzzi y Sergio Sartorelli, y finalmente su conocimiento del idioma alemán -y las gestiones del cónsul en Turín- le permitían entrevistarse con Karl Wilfert, un experimentado diseñador con una larga trayectoria en Mercedes-Benz, que en 1957 le invitaba a visitar la planta de Sindelfingen, a la que un año más tarde se incorporaba para trabajar a las órdenes de Paul Bracq.

Tras participar inicialmente en el desarrollo de modelos como el 600 y el 230SL, se encargará del C-111 y del Vehículo Experimental de Seguridad ESF 22 de 1973, un prototipo destinado a evaluar y mejorar las condiciones de seguridad de los modelos comerciales, mientras va asumiendo puestos de mayor responsabilidad en el departamento de carrocerías, hasta convertirse finalmente en su responsable en 1975, tras la jubilación de Fiedrich Geiger.

El primer modelo comercial del que será responsable sería el W126, la segunda generación de la Clase S, presentado en 1979. Modernizando el modelo más alto de la gama, y conservando al mismo tiempo el ADN de la marca, establecía el nuevo lenguaje de diseño que Mercedes utilizaría durante las décadas siguientes. Fundamentalmente, los nuevos modelos no debían hacer que sus predecesores parecieran obsoletos, y cada automóvil tenía que llevar los rasgos de Mercedes, un enfoque que Sacco definiría como “filosofía de diseño de Mercedes-Benz”.

El MB190 de 1982 -W201- sería otro ejemplo de esta filosofía. Al diseñar el que sería denominado Baby Benz, Sacco reducía las proporciones y atenuaba el lujo, al tiempo que conservaba el estilo sólido y la imagen de prestigio. Con un éxito considerable, se convertía en el modelo de entrada para las personas que accedían a un automóvil con la estrella de tres puntas por primera vez, y en uno de los diseños de los que Sacco se declara más orgulloso. Algunos de los rasgos del 190 se trasladarían después a la primera generación de la que se denominará Clase E, el W124 de 1984, en cuyo diseño Sacco contará con la colaboración de Joseph Gallitzendörfer y Peter Pfeiffer, y que incorporará variantes coupé y cabrio, el C124 de 1987 y el A124 de 1991.

Ya a finales de los años 80, Sacco se encargará del diseño de la 4ª generación de la Clase SL, estancada desde el R107 de 1971, que se materializará en los 300SL24 y 500SL de 1989 ?R129-. Tras haber sido nombrado Director de Diseño en 1987, y miembro del Consejo de Administración de la empresa desde 1993, Sacco se jubilaba en 1999.