Para viajar con la máxima comodidad

MOTOR ON

En otoño llegará una actualización menor del Jeep Cherokee con ligeros cambios en el diseño, así que este es un buen momento para hacerse con el modelo actual. La gama parte de 43.000 euros con motor de 140 caballos y dos ruedas motrices, pero nosotros hemos tenido la oportunidad de probar la versión Overland, la más equipada. Este es un coche muy completo y exclusivo que por diseño, equipamiento, potencia y confort de marcha puede equipararse a cualquier vehículo de gama alta.

09 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Jeep Cherokee tiene un diseño exclusivo que lo diferencia de otros modelos similares. El frontal, con la parrilla formada por siete cuadros con el borde cromado y los grupos ópticos divididos en tres alturas, tiene una imagen rotunda y distintiva. Los pasos de rueda rectos, las barras en el techo y el spoiler trasero con dos salidas de escape completan una línea campera pero a la vez elegante.

En el interior todo está preparado para viajar con la máxima comodidad. Las butacas delanteras son mullidas y tienen un cuero de calidad, aunque no sujetan mucho y la banqueta podía ser un poco más larga. El volante tiene la parte superior de madera y en la consola central encontramos una gran pantalla táctil de 8,4 pulgadas con navegador. Otro panel situado en el cuadro de mandos aporta numerosa información incluyendo presión de neumáticos, voltaje de la batería y temperatura del aceite o la transmisión.

La parte superior del salpicadero es acolchada, pero las zonas inferiores son plásticos duros y los huecos para dejar cosas son pequeños. Los pasajeros de atrás tiene salida de aire regulable y una toma de corriente de 230 voltios.

El maletero no es muy grande para el tamaño del coche, pero se puede ampliar hasta 500 litros si adelantamos al máximo los asientos traseros, que van sobre raíles. Además, si prescindimos de la rueda de repuesto tenemos otros 70 litros debajo del suelo. El portón dispone de apertura y cierre eléctricos.

El Cherokee Overland tiene un motor diésel de 200 caballos con cambio automático de nueve velocidades. En frío y a bajas vueltas es un pelín ruidoso, pero en cuanto nos ponemos en marcha rueda con gran suavidad y con una aceleración sorprendente para un vehículo que pesa casi dos toneladas. En autopista es una gozada, porque vamos como flotando y la insonorización es muy alta. En cuanto al consumo, es difícil bajar de 6 litros como dicen las cifras oficiales.

Aunque la distancia al suelo no es suficiente para considerarlo un todoterreno, el Cherokee cuenta con tracción total y una rueda situada junto a la palanca permite elegir cuatro modos de conducción: auto, nieve, sport y arena/barro. El paso por curva es muy rápido, totalmente estable y sin balanceos. Quien quiera unas aptitudes más off-road puede optar por la versión Trailhawk, que aumenta la altura a 22 centímetros y cuenta con reductora, diferencial trasero bloqueable y más programas electrónicos.

Esta versión del Cherokee, cedida por Fiateira Motor, viene con el máximo equipamiento, prácticamente no hay nada que echemos en falta: control de crucero adaptativo, luces con cambio automático cortas/largas, asientos y volante calefactables, techo solar panorámico, faros traseros y luces de día led, antinieblas con función “cornering”, llantas de 18 pulgadas y un sistema de sonido con nueve altavoces y subwoofer.

Cuenta también con numerosas ayudas a la conducción: aviso activo de cambio de carril, detector de vehículos en ángulo muerto, alerta de colisión (que además prepara los frenos para que ejerzan la máxima intensidad) y asistente de aparcamiento con cámara trasera.

El Jeep Cherokee Overlander cuesta 53.000 euros sin tener en cuenta las campañas de promoción. Es un buen momento para su compra porque en otoño llegará una actualización menor con ligeros cambios en el diseño, así que habrá buenas ofertas del modelo actual. La gama parte de 43.000 euros en el caso del Cherokee con motor de 140 caballos y dos ruedas motrices. Este es un coche muy completo y exclusivo. Podríamos pedirle también que vadeara ríos, subiera por pendientes escarpadas y pasase por encima de rocas afiladas, pero entonces no sería un coche, sería un tanque.