La verdad es que para los amantes de los coches pintones el Corsa GSi es un caramelito, con grandes entradas de aire, incluida una en la propia tapa del motor, parrilla en nido de abeja, un prominente spoiler trasero y taloneras laterales. Se han cuidado detalles como las pinzas de freno pintadas en rojo o la salida de escape cromada. En el interior encontramos, de forma opcional, un asiento Recaro réplica de los baquets de competición, además del pomo de la palanca de cambios de cuero y un pedalier de aluminio.
Las versiones GSi del Opel Corsa datan de 1988, donde ya desarrollaba 100 caballos de potencia. El Corsa GSi ya está disponible en la red de concesionarios de la marca, dispuesto a curvear, que es como mejor se manifiesta.