La elasticidad hecha moto

MOTOR ON

La saga V-Strom de Suzuki se ha convertido en una de las más valoradas del segmento trail sport-turismo por su polivalencia tanto dentro como fuera del asfalto. Por encima de la 250 y la 650 se encuentra la 1000, en versión normal o XT, que ofrece una relación calidad/precio muy superior a sus competidoras.

17 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Las maxitrail son los SUV de las dos ruedas, motos de grandes dimensiones, pensadas para viajar con comodidad y cargados equipaje, y con versiones capaces de salir del asfalto. La V-Strom 1000 de Suzuki es probablemente la mejor en relación calidad-precio del mercado. No tiene una electrónica sofisticada, ni esas luces led tan aparentes de otros modelos, pero se queda con lo que es la esencia de una buena moto: fiabilidad y un tacto único de conducción.

DISEÑO

El diseño de la V-Strom 1000 sigue la tendencia del pico de pato tan de moda últimamente. Encima se sitúa un doble faro dispuesto en vertical y una pantalla que, aunque parece pequeña, es bastante efectiva, ya que se puede regular en tres posiciones. Una protección de plástico gris abraza el depósito y la gráfica es más discreta que antes, hasta el punto que no revela la cilindrada por ningún lado. Los retrovisores cuadrangulares, el imponente tubo de escape y la gran parrilla que remata el colín completan una imagen bastante rotunda.

El cuadro de instrumentos tiene una configuración clásica, con una esfera analógica para el cuentarrevoluciones y una pantalla digital que se maneja desde un botón en la piña izquierda. En la parte de arriba muestra la marcha engranada y la velocidad, y en la de abajo la temperatura del aceite y del motor, el nivel de carburante y el modo de control de tracción seleccionado: hay dos niveles, además de la posibilidad de desconectarlo.

Una toma de corriente, el cubrecarter y los protectores para las manos son las únicas concesiones al equipamiento. El asiento del piloto es muy amplio, un auténtico sillón, y su baja altura permite un cómodo manejo de la moto en parado. En cuanto al pasajero, dispone de unas grandes asas para agarrarse.

MOTOR

La V-Strom rinde 100 caballos a 8.000 revoluciones, pero el par máximo lo obtiene ya a 4.000 vueltas. Esto significa que es una moto con potencia desde el principio, que tiene bajos, medios y quizá menos altos que otros modelos, pero su agrado de conducción es muy elevado. La respuesta al puño es inmediata y bastante suave gracias al control de tracción. También nos ha gustado mucho el tacto del embrague, nada duro y que cuenta con limitador de par, lo que facilita reducciones sin coces ni tirones.

En marcha sorprende lo fácil que es meterla en curva, tumbar y levantar. Si hay una palabra que define esta moto es elasticidad, tanto por la dulzura de su motor bicilíndrico como por la capacidad de adaptación del chasis, formado por dos vigas de aluminio.

PARTE CICLO

La parte ciclo está muy lograda, con una horquilla invertida totalmente regulable y un amortiguador trasero cuya firmeza se puede ablandar o endurecer mediante un pomo giratorio de fácil acceso. La frenada delantera incluye pinzas delanteras radiales de 4 pistones de la marca Tokiko, que muerden discos perforados de 310 milímetros. El ABS es capaz de actuar en curva y adaptar la potencia de frenada según la inclinación de la moto.

El peso en orden de marcha son 228 kilos, muy contenido para tratarse de una mil, y el consumo medio es de alrededor de 6 litros a los 100.

PRECIO

La Suzuki V-Strom 1000 ABS cuesta 12.700 euros y la marca japonesa da la opción de financiarla al 0% de interés. Por 600 euros más tenemos la versión XT, que incorpora llantas de radios sin cámara y por lo tanto es un poco más campera. Además, la marca japonesa ofrece ahora en estos modelos la posibilidad de equiparla con maletas de aluminio por 600 euros más (el precio habitual es el doble).

Suzuki ha hecho una moto con potencia y fiabilidad suficientes para cruzar puertos de montaña, y que da confianza para explorar rutas desconocidas. Ligera y que puede cargar fácilmente con todo. «Es la moto touring definitiva», destacan desde la factoría de Hamamatsu. Esta moto no tiene mapas de motor ni un modo específico off-road, pero el límite de utilización lo pondrá el usuario. La aventura, al final, está dentro de cada uno.