Un Bugatti bajo las aguas

Óscar Ramos Ayerra
Óscar Ayerra REDACCIÓN | LA VOZ

MOTOR ON

Un rarísmo ejemplar de la marca Bugatti pasó más de siete décadas sumergido en el fondo del lago Maggiore en Suiza. Tras su emersión, a pesar de su estado, un empresario americano pagó casi 300.000 euros por él en una subasta.

04 may 2018 . Actualizado a las 08:23 h.

Recostado sobre su lado izquierdo y semienterrado en el fango marino descansó durante 72 años a 52 metros de profundidad. Esta unidad, construida en 1925, pertenecía a una saga de vehículos de la marca Bugatti que entre los años 20 y 30 se habían consagrado como automóviles de carreras, con una reputación en fiabilidad y dinamismo contrastada en numerosos grandes premios. Sin embargo, este Bugatti Brescia type 25 roadster no tuvo la misma suerte que muchos de sus hermanos de marca. Si se enterase Ettore Bugatti, su creador, se echaría las manos a la cabeza o más bien a la cabeza del que se le ocurrió la idea de sumergirlo en el lago. Vendido en 1925 pasó sus primeros años de vida en la ciudad de París con dos dueños registrados. Aquí la pista se bifurca: según su actual propietario, el vehículo pasó a manos de un conocido piloto de carreras, quien lo perdió en una partida de póker a manos de un afamado playboy suizo. Sin embargo, según los libros de la propia marca, en 1934 consta como titular un arquitecto de origen polaco, quien residió entre 1933 y 1936 en la pequeña localidad de Ascona, en la orilla suiza del lago Maggiore.

Parece ser que cuando dejó la población abandonó su vehículo. Tiempo después, localizado por los funcionarios suizos de aduanas, fue incautado al verificar la ausencia del pago de los impuestos obligatorios. Ante la imposibilidad de cobrar los aranceles pendientes y que la deuda excediera el valor de mercado del automóvil, la ley suiza obligaba a su destrucción. Lo sorprendente es que alguien, lejos de destruirlo, decidió hacerlo desaparecer bajo las aguas del lago. Lo sumergieron en él no sin antes sujetarlo con una cadena de unos 30 metros que lo mantenía sumergido pero unido a la rampa vieja del puerto de Ascona, por si en un futuro pudiese ser de interés su rescate

ATRACCIÓN SUBMARINA

Tras varios años, la cadena terminó por romperse, lo que hizo que el coche se precipitase hasta el fondo marino siendo casi imposible su rescate. Tras la Segunda Guerra Mundial, la leyenda del bugatti bajo las aguas todavía pervivía en la memoria de los lugareños, lo que hizo que un aficionado al submarinismo lo descubriese en 1967 cuando la tecnología de inmersión lo permitió. Desde ese momento, el pecio de color azul pasó a ser un punto de atracción turística para el buceo de ocio durante más de 40 años. En el 2009, una fundación subacuática antiviolencia decidió rescatarlo. El 12 de julio salió a la luz, siendo subastado 7 meses después. Su estado está muy deteriorado, queda poco más del 30% debido a su descomposición. La parte incrustada en el lecho de fango es la mejor conservada gracias a que apenas tuvo contacto con el oxígeno, incluso se ve su pintura original azul o el fabuloso estado de sus neumáticos, que todavía conservaban el aire en su interior.

BUGATTI ÚNICO

Construido en 1925 en Italia, esta unidad tomaba como base al deportivo Type 25 pero adaptado para uso en carretera, de ahí sus guardabarros y la iluminación. Con cuatro cilindros y 1,5 litros de cubicaje, podía llegar hasta los 160 km/h, una cifra muy sorprendente para aquella época.

MULLIN MUSEUM

Tras un costoso proceso para detener la corrosión, hoy se exhibe tal y como salió del agua (izquierda) en una sala que recrea con luz y sonido la quietud y reposo, como si estuviese de nuevo en el fondo del lago Maggiore (arriba).