Vuelve la leyenda deportiva francesa

MOTOR ON

El Alpine A110, con solo 1.103 kilos de peso y 252 caballos con motor central y tracción trasera, nos hacer recordar aquellos coches que en las décadas de los setenta dominaron en los ralis europeos. hemos probado su versión «Premiére Édition», que cuesta 61.500 euros.

14 ene 2018 . Actualizado a las 09:51 h.

Esta primera edición numerada de 1.955 unidades, en honor al año de su primera aparición, ya ha sido vendida en su totalidad y a ella seguirán otras versiones llamadas Pure y Legende.

El regreso de Alpine a los canales comerciales, de la mano de Renault, se hará a través de una red independiente de concesionarios, que en España serán dos, en Madrid y Barcelona.

Pero lo mejor del Alpine A110 es que ha conseguido reeditar en este nuevo vehículo cupé deportivo el ADN de su antecesor, no solo a nivel estético, sino en sus sensaciones al volante.

El nuevo Alpine A110 es un cupé de dos plazas, con motor central ubicado sobre un chasis y carrocería de aluminio y con suspensiones de doble triángulo. Con su peso ligero de poco más de mil kilos y sus 252 caballos de potencia en su motor turbo de gasolina, su comportamiento sorprende con sensaciones de auténtico deportivo, muy estable y veloz, con modos de conducción activados mediante un botón rojo en el volante, y cifras de aceleración de 0 a 100 km/h en solo 4,5 segundos.

Es un coche muy aerodinámico y estilizado, con 4,18 metros de largo y solo 1,25 de altura, con llantas de 18 pulgadas, dos plazas rigurosas sin espacio tras ellas, aunque cómodas, con dos baquets de corte deportivo. La conducción se hace con levas en el volante actuando sobre una caja automática de doble embrague de siete velocidades, mientras los relojes digitales cambian su configuración según el modo de conducción que elegimos. Los guarnecidos interiores rezuman al tiempo elegancia y deportividad y para el equipaje hay dos pequeños compartimentos, el más grande (100 litros) en el capó delantero y otro más pequeño bajo la tapa trasera.

Lo que nos ha gustado es que a pesar de su carácter deportivo, sus suspensiones permiten un uso cómodo en ciudad o carreteras bacheadas. Alpine ha conseguido un deportivo equilibrado y atractivo.

El Alpinche de «Lalao»

El original Alpine a110 reinó en el mundial de ralis de 1971 y 1972, de la mano de los pilotos franceses Darniche, Nicolás y Andruet. y en Galicia también se popularizó gracias al ingenio del ourensano Estanislao Reverter, que creó un híbrido con motor Porsche llamado Alpinche.

Precisamente ese Alpinche, en proceso de restauración tras muchos años abandonado en un garaje, es el leitmotiv de la Fundación Estanislao Reverter, que quiere convertirlo en la joya del museo que ya existe en la estación de Santa Cruz de Arrabaldo dedicado al ilustre piloto ourensano.

El Alpinche fue una idea genial de Reverter que unió un chasis de Alpine A110 con el motor de un accidentado Porsche 911 R, buscando esos caballos (220) que la mecánica francesa no tenía.

El resultado fue un coche difícil de pilotar pero al que el maestro supo domar consiguiendo triunfos en dos ralis Rías Baixas, un Luis de Baviera y un Ciudad de Oviedo, entre otros.

Tras un accidente, los restos del Alpinche quedaron postrados en un taller y pasó muchos años en el ostracismo, hasta que se creó la Fundación Estanislao Reverter, presidida por su hijo Luis y que acometió la restauración del coche, realizada todavía por algunos de los mecánicos ourensanos que participaron en su nacimiento. Para ello se ha creado un sistema de donaciones, así como subastas de objetos relacionados con la competición y donados por pilotos relevantes en el panorama nacional. El Alpinche es una pieza fundamental del patrimonio histórico de Galicia y debe ser conservado por su valor.