El rey león del asfalto

MOTOR ON

La versión más deportiva de la gama del Peugeot 308 es el GTI, un coche realizado por la división de Peugeot Sport que transmite muchas sensaciones sobre el asfalto. Sin duda es el rey de los leones de Peugeot. Su motor 1.6 gasolina de 270 caballos y su dinamismo lo colocan en esa élite de compactos con poderío. La marca lo comercializa con un precio de 32.050 euros y, aunque será minoritario en cuanto a ventas, resulta un buen escaparate de toda la tecnología que acumula Peugeot.

24 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Peugeot 308 GTi va once milímetros más bajo de carrocería, más pegado al asfalto y tanto en su frontal como en su zaga tiene aditamentos aerodinámicos que lo diferencian de sus hermanos de gama. Ocurre lo mismo por dentro, donde podemos palpar un volante exclusivo, de formato reducido como es habitual, y asientos tipo baquet.

Lo que más nos llamó la atención en la prueba que realizamos de este coche fue el poderío de su motor, que estira más allá de lo que pueden decir sus 270 caballos de potencia. Es capaz de marcar el 0-100 km/h en seis segundos, o hacer el kilómetros con salida parada en 25 segundos. Al mismo tiempo, si se quiere realizar una conducción tranquila, lo permite.

Una de las claves de su dinamismo (lo probamos sobre un circuito permanente donde se le podía exigir al máximo) es el diferencial de deslizamiento limitado Torsen, con el que las curvas se pueden inscribir con mucha fidelidad. Además va acompañado de unos neumáticos de altas prestaciones, como son los Michelin Pilot Super Sport, calzados sobre unas llantas de 19 pulgadas. Con estas prestaciones, para pararlo emplea unos discos de freno de 380 mm. delante, con pinzas pintadas en rojo, y de 268 mm. en el tren trasero. El GTi se diferencia por sus faros Full LED y sus paragolpes exclusivos con entradas de aire más grandes, mientras en la trasera destaca el difusor inferior y su doble salida de escapes.

El Peugeot 308 GTi demostró la tremenda progresividad de su motor, sin vacíos en ningún régimen de vueltas, al tiempo que el chasis es capaz de absorber la potencia del motor mostrando nobleza en todo momento.