El presente del futuro

Jesús Flores Lojo
Jesús Flores REDACCIÓN

MOTOR ON

Mientras el futuro del coche eléctrico ?tan presente en Frankfurt? se despeja, algunas de las soluciones reales a la economía de consumo y de reducción de emisiones están en estos dos modelos: el Auris híbrido y el de gasolina de 116 caballos. Este es el balance.

08 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo cambia en el mundo del automóvil, nos anunciaron en Frankfurt esos gurús ?dando codazos para hacerse un poco de espacio entre tanto SUV y tanto cable para enchufar a los coches? que dibujan un panorama repleto de insólitas tecnologías futuristas. Pero la realidad es más cauta: en España, 3 de cada cuatro coches que se venden a particulares son de ocasión (metamos aquí a los km 0, los de gerencia y automatriculaicones). Y el diésel, frente a todo el bombardeo, sigue siendo el motor preferido. Eso quiere decir que el principal argumento a la hora de elegir un vehículo, hoy por hoy, es que te puedas ahorrar una pasta, tanto en el desembolso inicial como en su mantenimiento. Las propuestas de financiación («tú me da ahora cinco mil euros, dentro de cuatro años, doce mil y durante todo este tiempo 200 al mes» o «si lo pagas al contado es más caro, tienes que pasar por la financiera y pagar sus intereses», sería la traducción real) le ponen a muchos un nudo en la garganta. Esto conduce a una conclusión: los fabricantes que consigan ofrecer coches lógicos, con precios lógicos (y, desde luego, facilidades de pago también lógicas: una marca acaba de sacar un sistema revolucionario que en la práctica supone pagar setecientos euros al mes por un un SUV de cuatro metros, ¡uff!) serán las que saldrán mejor paradas en esta travesía hacia el automóvil del futuro. Porque de coches de flotas no viven los concesionarios ni las marcas que tienen detrás. En este contexto, el Toyota Auris Touring Sports, tanto en su opción híbrida (19.900 es su precio de salida) como en la de gasolina (a partir de 16.550), se presenta como una opción que rueda con los pies (las ruedas) en el suelo. El modelo japonés no tiene el sobreprecio de otros que lucen apariencia de todoterreno y, en realidad, ofrece más espacio que muchos de esos SUV cuya única diferencia con su equivalente compacto, es que consumen más. Además, aporta alternativas en su motorización a los modernos diésel ?vale, si lo quieres también tienen ese propulsor? tan dotados ahora de sistemas anticontaminantes que lo que consigues en ahorro se te va por otro lado (ay, esos 500 eurillos que acaba de pagar un amigo por el filtro de partículas) y ponen parte de su tecnología al servicio de necesidades reales, como una potencia suficiente sin que el consumo se dispare, en el caso del gasolina; y una comodidad y un silencio en la conducción, con cambio automático, en el híbrido. A cambio, su diseño interior es sobrio y sus líneas externas son para gustos.

Auris híbrido: otra forma de conducir

Es un familiar amplio, un coche con un equipamiento muy moderno, que ha extendido sus mejores capítulos de seguridad a los modelos básicos; pero, sobre todo, representa un nuevo estilo de comportamiento ante el volante: el Auris Hybrid propone una conducción relajada y eficiente que pretende sacar el máximo provecho de su propulsor eléctrico y equilibrar las prestaciones con el de gasolina. Por ello, uno de los grandes protagonistas del panel de instrumentos es el monitor de energía en el que podemos elegir y ver el rendimiento que le estamos dando al vehículo con el fin de obtener el menor consumo posible y un nivel mínimo de emisiones. Puede conducirse en modo Eco (máxima eficiencia), Power (una respuesta más rápida) y Normal (equilibrio entre ambos propulsores). Después de tres días con el coche, en uso mixto, y con unos sesenta kilómetros por jornada, el consumo rondó los 5 litros a los cien. No está mal para un automóvil de 136 caballos (sumando el motor eléctrico y el de gasolina) que, si bien acelera de cero a cien en algo más de once segundos y tiene una velocidad máxima de 175 km/h, se muestra muy ágil en carretera abierta a pesar de que su medio natural es la ciudad y sus circunvalaciones. En realidad, si venimos de un coche al uso, ponerse a los mandos de un Auris Hybrid es toda una experiencia. Pero tranquilos, se le coge rápido el tranquillo.

La principal diferencia es el encendido sin llave y con cambio automático (el CVT, un sistema de transmisión de última generación) que no necesita grandes modificaciones de hábitos aunque sí algo de concentración en los primeros momentos. El silencio que envuelve el coche durante los primeros metros de recorrido también es una sensación distinta a la que también se acostumbra uno rápidamente. Y luego están los diferentes automatismos (luces, parabrisas, cámara de marcha atrás...) que se agradecen en el uso diario. El equipamiento de seguridad, bautizado por la marca como Toyota Safety Sense, es muy completo, e incluye sistemas como el de seguridad precolisión, el avisador de cambio de carril, el reconocimiento de señales de tráfico y el control inteligente de luces de carretera. Si aparcamos un rato, y echamos un vistazo al interior, nos encontraremos con un coche de diseño sobrio, con materiales robustos, en el que una pantalla central en color y un completo sistema multimedia mandan en el paisaje que tenemos ante nuestros ojos.

Y, no nos olvidemos, es un coche familiar: su maletero tiene una capacidad de 530 litros ampliable a 1.658, un dato importante para quienes necesiten espacio. 

Auris gasolina: lo sencillo conquista

U n familiar de gasolina. Hace cuatro o cinco años la propuesta resultaría exótica. Y más en Galicia, donde la venta de diésel solo ha empezado a caer en los últimos meses y aún así los motores de gasoil siguen siendo, combinados con los modelos low-cost (¡ese Dacia Sandero!) los preferidos. Pero el caso es que, echando números, si miramos este Auris Touring Sports 120 T tiene mucho sentido barajar esta opción que se enmarca dentro de la tendencia del downsizing o canibalización de los motores de gasolina para obtener mejores consumos y reducir las emisiones.

Se trata de un modelo que, como sus hermanos de gama, luce también el rediseño al que fue sometido el Toyota Auris hace unos meses (focos, salidas de aire, materiales del salpicadero...). Sus 1.200 centímetros cúbicos ofrecen 116 caballos, con la ayuda de un turbo-intercooler y un cambio de seis velocidades. Después de tres días de prueba, obtuvimos consumos en torno a los 6,5 litros a los cien; haciendo, eso sí, grandes esfuerzos para que la cifra no se disparara ya que se trataba de un coche todavía en proceso de rodaje. Por otra parte, estamos hablando de una diferencia de precio con respecto al modelo híbrido de unos 3.500 euros. Es cuestión de echar cuentas de los kilómetros que anda cada uno y las necesidades particulares. Para los más clásicos, el Auris también tiene dos motores diésel, de 90 y 115 caballos con motor de BMW, que en esta carrocería familiar ?sobre todo el segundo? tiene un público fiel entre viajantes y otros profesionales del volante que ruedan muchos kilómetros y necesitan un buen maletero. Para ellos, el sistema de compra Pay per Drive de Toyota, con una entrada inicial, unas mensualidades y un precio garantizado final que se aplicaría en el caso de adquirir otro vehículo nuevo, parece una interesante posibilidad dentro de las distintas vías que se ofrecen actualmente para comprar un coche.

Las sensaciones que nos deja este gasolina, después de haber probado primero el modelo híbrido, son de estar conduciendo un coche muy ágil, con nervio, que responde muy bien desde bajas revoluciones pese a tratarse de un motor con potencia muy contenida y de que el turbo no es el de los más rápidos en responder. Es un coche muy estable, una característica clásica de Toyota, con unas suspensiones cómodas que no llaman la atención por comportamientos extremos.